"Estamos a un paso de ascender a Primera, pero prácticamente no lo sabe nadie"

Entrenamiento del equipo de Fútbol Sala Femenino de Guadalcacín

El CD Guadalcacín es el primer equipo de la ciudad, el que compite en la división más alta. Ni en fútbol ni fútbol sala masculino hay un equipo en la zona que juegue en esta categoría. Ellas están por encima. "Y aún así, los equipos masculinos tienen mucha más repercusión que el nuestro", lamenta Andrés Sánchez Romero, el técnico del club de esta pedanía jerezana. Cristina García, portera sevillana que ha jugado las tres temporadas en la formación guadalcacileña, también critica el escaso espacio que dedican a las mujeres deportistas: "No nos sacan, a pesar de que tanto fútbol once como fútbol sala femenino, dan más títulos que el masculino". Ellas, que siempre han querido darle una patada al balón, se han encontrado con obstáculos. "A mí no me querían de portera. Dije que quería ser guardameta y me dijeron que no porque los niños tiraban muy fuerte y me iba a hacer daño", cuenta Caridad García, portera de la selección nacional sub 17 y fichada por el equipo de Guadalcacín. A lo que una compañera susurra: "Sí, te vas a hacer daño en las uñas”.

"Dije que quería ser guardameta y me dijeron que no porque los niños tiraban muy fuerte y me iba a hacer daño"

Rocío Brújula ha vivido el caso contrario. Nace en el año 86 en el pueblo sevillano de La Rinconada. Se cría en una familia de futbolistas, cuenta que su padre le puso un balón en los pies con tan solo 2 años y  que sus dos hermanos se han dedicado al fútbol durante toda su vida. "Uno de ellos tiene ya 40 años, y ahí sigue", comenta la sevillana. Mete el pie en el césped con 12 años, y desde entonces, no ha parado: "Llevo 18 años jugando". Comienza jugando fútbol once en su pueblo, en el equipo que conformaron los niños, dice que no había más niñas que se animaran a jugar. Cuenta que ninguna tenía tanta pasión por el fútbol, "tanta pulmonía", como expresa ella. Año tras año, los ojeadores la observan y se dan cuenta de su potencial. Confiesa que es una jugadora polivalente, que tiene técnica para jugar de pivot o de ala. Rocío estaba en lo más alto del fútbol sala, se encontraba jugando en Primera División en la temporada pasada en La Rioja. Pero comenta que no se estaba a gusto del todo, que extrañaba a su familia, y que por ello decide bajar al Sur y quedarse en el Guadalcacín. "Me ofrecieron volver al Estudiantes de Sevilla o jugar de nuevo fútbol once, pero me gustó el trato cordial de Luis, el presidente del club", indica la futbolista sobre su descenso de división por voluntad propia.

Un poco de historia: de la desaparición al éxito

 

Mientras el sol se esconde, las luces del interior del pabellón de la ELA se encienden. Es de noche, pero en agosto el calor no cesa. Las puertas están abiertas de par en par, y en medio de estas, aprovechando la leve brisa, algunos vecinos del pueblo se sientan a contemplar el primer entrenamiento. Las jugadoras del CD Guadalcacín Fútbol Sala femenino forman un círculo en mitad de la pista. Todavía no ha comenzado el entrenamiento. Es el turno de la charla de bienvenida y el discurso motivador que renueve las pilas de veteranas y nuevos fichajes. Del equipo técnico, compuesto casi en su totalidad por hombres, habla una voz que pide compromiso a las chicas. A lo que el entrenador jerezano, Andrés Sánchez, replica: "Si algo tienen mis jugadoras es compromiso, eso ya lo tienen". Asegura que no hace falta exigirles una responsabilidad al equipo, pero que "este año se aprende la estrategia, sí o sí".

El presidente del club, Luis Delgado Flores, cuenta que en 2013 el actual entrenador del equipo, junto a unas cuantas jugadoras, se presentó en su casa acompañado de Mariano, el entrenador de las porteras: “Luis, estoy jugando con seis jugadoras, a ver si podemos ir haciendo un equipo o algo”. Le gustó la idea, la entendió viable, y decidió hablarlo con Manolo Becerra, ex alcalde de la pedanía jerezana que siempre ha estado "muy comprometido" con este deporte. "Luis, si hay más gente por ahí pues lo echamos a andá, me dijo", relata el presidente de la entidad, para rematar: "Mira donde estamos a día de hoy". "Decido hacer el equipo porque aquí ha habido tradición de fútbol sala femenino. Desapareció por motivos económicos. Nos levantamos y dijimos que no era justo que se perdiera un equipo que había estado tantos años", señala Andrés Sánchez. Antes del actual equipo hubo otro, aunque no tienen nada que ver, salvo porque conserva a algunas jugadoras de la anterior agrupación, como es el caso de Saray Ortiz, quien lleva cerca de 16 años como guardameta del equipo. Ella entra en la temporada 2000/2001 y continúa hasta que la formación se desvanece en 2012. Un año es el tiempo en que Guadalcacín se queda sin equipo de fútbol sala femenino. En 2013 es cuando llega el joven jerezano y hace resurgir al grupo.

Machismo que no cesa en las gradas

María Ogalla es otra de las futbolistas que ha pasado por ambos equipos. Tiene tan solo 23 años, pero lleva cerca de 6 temporadas jugando. Su inicio se asemeja levemente al caso de Rocío Brújula, pero en un contexto familiar distinto: "En un principio a mis padres no les gustaba mucho que jugara al fútbol", relata Ogalla. Ella es de Puerto Real, y allí empieza a jugar con 5 años. Dice que pisa el campo por primera vez en un equipo masculino. "Era la única niña", afirma. "Empecé a jugar con niños porque no había una escuela femenina. No crean una en Puerto Real hasta cinco años después, en 2003", comenta la futbolista del CD Guadalcacín. Comparte que no tuvo problemas con los jóvenes durante los 15 años que se llevó jugando con ellos.

No obstante, confiesa que es ahora cuando recibe más comentarios machistas desde la grada. "En los últimos años he escuchado de todo: vete a tu casa a limpiar, las mujeres no valéis para esto... Yo ya no me sorprendo". María Ogalla no va a jugar la temporada 2016/2017, cuenta que lleva desde enero de 2016 esperando para ir a quirófano. "Todavía estoy esperando una operación. Tiene que llamarme la Mutua futbolística, que es quien lleva mi operación. Mientras disputaba un partido se me salió la rótula, me la colocaron, pero aún está desplazada. Si hubiese sido un jugador del Xerez o del Betis, ya me habrían operado".

En su primer año el CD Gualdacacín comienza a jugar en sénior, lo más bajo. Posición en la que empiezan a competir todos los equipos nuevos. Las futbolistas juegan por la provincia de Cádiz y ascienden a la división andaluza. En esta nueva categoría compiten por Córdoba, Sevilla, Huelva y Cádiz, en el grupo I. Los dos primeros equipos de cada demarcación, Andalucía Oriental y Occidental, juegan un playoff. En 2014, el Guadalcacín juega el primer partido contra el Comarca de Níjar (Jaén), le gana 6-0 y pasan a la final. La juegan contra el Martos, también de la provincia del olivo, y se hacen con la victoria con un 3-2 en el marcador. Tal triunfo coloca a las jugadoras guadalcaciñelas en la Segunda División del fútbol nacional. Ahí se enfrentan equipos de cinco comunidades: Murcia, Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Melilla. La división de plata se divide en cuatro grupos; la plantilla guadalcacileña está integrada en el número III. De nuevo, los dos primeros en la clasificación juegan un playoff y se disputa un partido para escalar hasta la absoluta. "Nosotros estamos a un paso de ascender a Primera División. Pero no lo sabe nadie en Jerez prácticamente", comparte Luis Delgado.

Consiguen alcanzar la Segunda División en menos de dos años. "Así, del tirón", comenta uno de los presentes en el entrenamiento. En la temporada 2015/2016 ya estaban enfrentándose a equipos como el Jimbee Roldán B, de Cartagena, o al UCAM Murcia. Equipos que encabezaron la tabla en dicha temporada. Las futbolistas del CD Guadalcacín quedaron en quinta posición. ¿Cuál es el objetivo de esta nueva temporada? "Con los fichajes que hemos hecho... por lo menos estar arriba. Yo quiero estar entre los dos o tres primeros", indica el presidente del club. El entrenador se conforma con permanecer en Segunda: "El propósito sería la salvación". Pero una de las jugadoras más cotizadas del equipo, que ha llegado a jugar en Italia, Lorena Bocanegra, habla por todas sus compañeras: "Nuestra intención es llegar a jugar la liguilla de ascenso". Sienten que la Primera está cerca. Que la están palpando, pero que todavía es un equipo joven para lograr tan deseado espacio. 

"Ellas son muy difíciles, pero luego te dan unas cosas que no te la da el deportista masculino"

Corren. Si suena un silbido, suben la intensidad. Si suena otro, aceleran aún más. Si suenan dos, dejan de correr pero caminan. Así, hasta 15 tiempos, como dicta el nuevo preparador físico del club. El entramiento es de los más duros. Algunos le preguntan a Andrés Sánches cuánto entrena. Él les responde que mínimo dos horas. No obstante, sus jugadoras entran a las nueve de la noche y salen al filo de las once y media. El míster jerezano, Andrés Sánchez, relata que una día en el pabellón se unieron dos jugadores de fútbol sala al entrenamiento. Ellos, a la hora, preguntaron cuánto quedaba, mientras que ellas, calladas, seguían las instrucciones del técnico. Minutos después, los hombres, agotados, se fueron a las duchas. Ellas, sin reaccionar a la acción de los futbolistas, continuaron con el entrenamiento hasta su fin. Sánchez ha entrenado a ámbos géneros, pero se decanta más por las mujeres: "Son más complejas, porque el que vive el día a día con ellas sabe que lo son. Ellas son muy difíciles, pero luego te dan unas cosas que no te la da el deportista masculino". Son más apasionadas y temperamentales, se vuelcan aún más con el equipo: "Lo que les exijo, me lo dan".

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