Jerez podría sumar otro reconocimiento a su lista de celebraciones con sello internacional. Así lo afirma Francisco Antonio García Márquez, economista, docente universitario y cofrade, autor de un reciente estudio presentado en la Hermandad del Nazareno, en el ciclo Noches Nazarenas, quien sostiene que la localidad está preparada para que su Semana Santa sea declarada de Interés Turístico Internacional.
Este objetivo viene persiguiéndose desde hace años tras alcanzar Jerez la distinción de interés nacional en 1993. Este empeño ha tenido como consecuencias la puesta en marcha de acciones con prensa extranjera y difusión de los valores de la Semana Santa jerezana a escala internacional, con escaso éxito hasta el momento.
“El estudio se plantea desde el ámbito territorial, infraestructuras y otras variables como el número de turistas extranjeros o la oferta hotelera, y los resultados indican que sí, está preparada”, explicó el economista.
Actualmente, Jerez ya cuenta con dos fiestas reconocidas con esta distinción: la Feria del Caballo y la Fiesta de la Vendimia, esta última menos conocida al celebrarse en una versión muy distinta a la de antaño, pero igualmente relevante. Esta base, afirma el autor, refuerza la candidatura de la Semana Santa, que suma además una rica tradición histórica y una notable infraestructura para recibir visitantes.
Jerez, por delante de Granada en varios indicadores
Francisco Antonio comparó, en declaraciones a lavozdelsur.es, la Semana Santa jerezana con otras ya reconocidas a nivel internacional en Andalucía. “Sevilla y Málaga juegan en otra liga, pero Jerez está más cerca de ellas que Granada, y Granada ya tiene el reconocimiento”, apuntó. Según su análisis, variables como población, accesos, afluencia extranjera y plazas hoteleras colocan a Jerez en una posición privilegiada.
Aun así, el mayor obstáculo para alcanzar este reconocimiento no reside en la falta de méritos, sino en la escasa proyección internacional de la celebración. “Para lograr esta mención hay que cumplir cinco requisitos. Cuatro los cumplimos sobradamente. El problema es el quinto: tener al menos diez apariciones en medios internacionales”, explicó.
El talón de Aquiles: la promoción exterior
El investigador señala que la falta de promoción no responde a una imposibilidad, sino a una cuestión de priorización institucional. “Esto no se ha conseguido porque no se ha querido. No se ha priorizado. Se puede lograr fácilmente trayendo medios internacionales y mostrándoles lo que tenemos”, añadió.
Uno de los aspectos más singulares de la Semana Santa de Jerez, y que la distingue de otros eventos culturales, es que está financiada por los propios cofrades. “Somos nosotros, con nuestras cuotas y papeletas de sitio, quienes hacemos posible esto. En otras fiestas, lo financia el de fuera”, apuntó, subrayando el valor único del modelo jerezano.
Tres instituciones —el Ayuntamiento, el Obispado y la Unión de Hermandades— tendrían que coordinar esfuerzos para avanzar en la declaración. “Si esas tres partes no van de la mano, no se conseguirá nada. Las cofradías vamos a montar la Semana Santa igualmente, venga o no venga el turista”, afirmó.
El riesgo de la "muerte por éxito"
Aunque reconoce los beneficios económicos que traería el reconocimiento —mayor ocupación hotelera y dinamismo para la hostelería y el sector turístico—, Francisco Antonio advierte también de un posible efecto negativo: la masificación. “Hay que tener cuidado con la ‘muerte por éxito’. Que la fiesta pierda su esencia por atraer a demasiada gente”, alertó, recordando casos como el Carnaval de Cádiz o la Zambomba, que ya muestran signos de desnaturalización.
La Semana Santa, insiste, posee valores patrimoniales, sentimentales y territoriales que deben protegerse. “No podemos permitir que el turismo la desvirtúe. Es única y debemos comunicarla bien, pero sin perder su identidad”, remarcó.
Finalmente, subrayó que la diferencia real que percibirían las cofradías sería mínima. “Las cofradías no ganan más dinero con esta mención. No hay más palcos que vender, ni más sillas que colocar. La ganancia sería para la ciudad”, concluyó. Y puso un ejemplo claro: Córdoba, con una Semana Santa de enorme valor artístico, no tiene ni siquiera la distinción nacional. “No les ha hecho falta porque ya tienen un turismo continuo”.


