En plena transición entre el verano y la rutina laboral, Laura Sánchez ha encontrado en Jerez el escenario perfecto para desconectar. La modelo y actriz se ha alojado en un cortijo del siglo XVII, una finca rehabilitada que combina tradición arquitectónica, lujo discreto y naturaleza en estado puro.
Lejos de las pasarelas y los focos, Laura Sánchez ha pasado unos días de descanso en la campiña jerezana. La intérprete, una de las modelos españolas más reconocidas a nivel internacional en la década de los 2000 y con una sólida carrera como actriz en televisión, eligió un cortijo histórico convertido en alojamiento turístico para disfrutar de un viaje de calma y privacidad.
La finca está rodeada por más de 500 hectáreas de viñedos, olivares y campos de cereal. Con capacidad para acoger a grupos de hasta diez personas, ofrece espacios pensados tanto para la convivencia como para el descanso: desde un gran salón presidido por elementos heráldicos hasta dormitorios bañados por la luz natural, pasando por una cocina de estilo rústico concebida para largas sobremesas y un salón de juegos. En el exterior, una piscina y un amplio jardín completan la experiencia, creando un entorno exclusivo en el corazón de la campiña de Jerez.
Un destino muy auténtico
Durante la escapada, la actriz onubense aprovechó para recorrer pueblos cercanos, descubrir comercios tradicionales y degustar la gastronomía local. Un plan que se ajusta a la tendencia creciente de los viajeros que buscan destinos próximos, auténticos y con fuerte conexión con el entorno.
