"En San Pablo hay gente adulta y otro comportamiento, aquí no hay botellones ni vomitonas"

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Pesar entre el sector hostelero de la céntrica calle, uno de los espacios de ocio del centro de Jerez, tras la entrada en vigor de la declaración de Zona Acústicamente Saturada para este y otros enclaves.

Pesar en el colectivo hostelero de la calle San Pablo, uno de los focos del ocio en el centro de Jerez, tras el primer fin de semana de la declaración de Zona Acústicamente Saturada (ZAS) en este espacio, junto a un tramo de la vecina calle Caballeros y plazas del Clavo y Vargas. San Pablo es, sin embargo, el lugar al que más puede afectar esta declaración, puesto que entre las limitaciones que aplica se encuentra el de la obligación por parte de los dueños de los negocios de retirar sus veladores a partir de las 12 de la noche —y la prohibición de ponerlos a los pubs—, siendo éste el único enclave que aglutina terrazas de todos los señalados anteriormente.

“Es un tema muy complicado, tanto a nivel personal como a nivel ciudadano y económico, porque no hablamos solo de San Pablo, y esta ciudad, lamentablemente, solo tiene funcionarios, autónomos y parados”, critica a lavozdelsur.es un hostelero del entorno, que prefiere mantener su anonimato y, que a la vez, apuesta “por una convivencia más humana entre vecinos y bares. Mi hipoteca depende de esto”.

Entre los hosteleros de la calle con los que se ha puesto en contacto este medio hay una mezcla de indignación y de prudencia. Indignación, porque entienden que hay muchos contratos en juego, más en verano, cuando aumenta el turismo y hay más ganas de estar en la calle. Y de prudencia, porque entienden que ahora mismo no es el momento de echar más leña al fuego. Aun así, entienden que “hay que hacer un estudio concienzudo de cada zona. En San Pablo hay gente más adulta, hay otro tipo de comportamiento. Aquí no hay botellones ni vomitonas y habría que sentarse con técnicos especializados para estudiar esto”.

Otro hostelero del entorno recuerda que entre todos los negocios “hay al menos 30 familias que viven de esto. Que se haya declarado ahora esto es una faena, porque las tardes se alargan y hasta las 10 de la noche la gente no sale a la calle y es cuando precisamente se empieza a hacer negocio. Si obligan a quitar las terrazas a las 12 a ver qué hacemos”.

En los bares consultados afirman que, además de la presencia de la Policía Local, hay, desde hace tiempo, seguridad privada contratada por ellos para evitar cualquier incidente. Igualmente recuerdan que, tras hablarlo con los vecinos del entorno, les abonaron la instalación del doble acristalamiento de las ventanas de sus hogares con el fin de mitigar el ruido exterior, de ahí que ahora lamenten la nueva situación.  

Hay que señalar, por otra parte, que en San Pablo actualmente están desarrollándose trabajos para acondicionar un local como bar-cafetería, algo que si bien llama la atención porque el Ayuntamiento ha aprobado un plan para reducir los niveles de ruido que genera la actividad hostelera en estas zonas, las pertinentes licencias se empezaron a gestionar semanas antes de que entrara en vigor dicho plan.

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Jorge Miró

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