El rastrillo de la Alameda Vieja vuelve el domingo 23 de octubre

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El Ayuntamiento informa que hay más de 500 puestos adjudicados, que ha reubicado algunos para respetar el carril bici y que ha corregido irregularidades.

El rastrillo de la Alameda Vieja inaugura la ‘temporada’ este próximo domingo, 23 de octubre, tras el periplo veraniego en el que se ha estado celebrando los sábados por la tarde. Más de 500 puestos volverán a tener presencia en este ya emblemático lugar, en el que lleva varios años desde su traslado de la plaza del Mercado. Más de 15 años después de aterrizar junto al Alcázar, los comerciantes decidieron que se quedara en esta zona, pues se puso sobre la mesa la posibilidad de reubicar el mercadillo.

La ubicación estuvo en entredicho hace unos meses, pero la consulta celebrada con los propios comerciantes determinó que era la Alameda Vieja el lugar elegido para seguir celebrándolo. De hecho, 226 de las 250 personas que votaron en esta consulta quisieron que permaneciera donde está y no se desplazara a otros lugares alternativos como el parque González Hontoria o la explanada Hijuela de las Coles, que eran algunos de sus posibles destinos. El Ayuntamiento asegura que ha reordenado algunos puestos para poder dejar espacio libre al carril bici que discurre por las inmediaciones de la Alameda Vieja, y que ha solucionado algunas irregularidades detectadas, como la de una misma familia que estaba ocupando cuatro puestos distintos.

Así, el rastrillo comenzará el domingo 23 de octubre, de 10:00 a 14:00 horas, para lo que ya hay un listado con los puestos adjudicados de forma provisional, que se puede consultar también en la sede de la delegación de Dinamización Cultural, en calle Curtidores. Hay de plazo hasta el martes 18 de octubre para abonar la correspondiente tasa (20 euros por puesto) y ocupar uno de los puestos.

El rastrillo, como publicó lavozdelsur.es cuando se realizó la consulta para decidir su posible cambio de ubicación, es el último recurso de muchas personas que no tienen otro trabajo conocido. “Si lo quitan, me quedo vacío”, decía Juan Luis, un jerezano de 54 años que lleva cuatro en paro. Roberto también es otro de los comerciantes del rastrillo: “La Alameda es un lugar emblemático”, señalaba, aunque remata: “Hay poco aparcamiento, perdemos muchos fines de semana que son festivos y podríamos trabajar más días a la semana”.

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