Si la alcaldesa anunció hace una semanas con total determinación que su proyecto 'estrella' de legislatura de reordenar urbanísticamente la plaza Esteve, derribo del edificio del IARA incluido, para habilitar una terminal de autobuses arrancaría en el próximo mes de mayo, las presiones ciudadanas han forzado que ahora medite seriamente paralizar la intervención. El efecto Gamonal, por tanto, también se siente con fuerza en Jerez frente a una inversión que muchos ciudadanos y voces autorizadas han declarado "inútil" e "innecesaria" y que bajo ningún concepto resuelve el problema de acceso al centro y, ni mucho menos, garantizaría que el mercado central de abastos remontara en sus ventas.
Ahora la máxima responsable municipal, María José García-Pelayo, no quiere dar más pasos en falsos, por lo que tras su anuncio a bombo y platillo ha vuelto a recular hasta dejar claro que no quiere "crear un problema" con la intervención en Esteve y la hipotética demolición del edificio obra del arquitecto Fernando de la Cuadra. Según manifestó ayer en declaraciones a Canal Sur Radio, la alcaldesa avanzó que espera que el delegado municipal de Urbanismo y Movilidad, Agustín Muñoz, se reúna con algunos colectivos que han expresado ya su rechazo al desarrollo de esta iniciativa.
Así las cosas, la regidora popular realmente ya expresó hace un par de semanas su intención de no tomar decisiones "drásticas" sin consenso sobre este asunto. Un consenso que parece complicado a la vista de las reticencias de los comerciantes alojados en el edificio y de una representación social muy importante de la ciudad que ya ha dejado claro que se opone a este gasto de más de un millón de euros más las indemnizaciones por los realojos temporales. La cercanía con las elecciones y las dificultades para sacar adelante el proyecto parece que ya lo dejan condenado antes de ver la luz.
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