El invierno está llegando a su fin, aunque no ha sido tan frío como solemos estar acostumbrados las estaciones siguen sus cursos en un avance inexorable, donde algo tan sencillo y sutil como la floración es el resultado de fenómenos planetarios, complejos y alejados de la conciencia más terrenal. En Japón esperan ya con deseo al heraldo de la primavera, la floración del cerezo, elemento de gran importancia para una cultura adoradora de la belleza sutil y fugaz.
Durante este periodo se celebra el festival de Hanami (花見 "ver flores") , festival que consiste en observar y disfrutar de la belleza de las flores, y donde cientos de lonas van invadiendo los parques y jardines para que amigos, familias y compañeros de trabajo se reúnan para disfrutar de un picnic y beber bajo las nubes rosadas y la calidez primaveral.
Los cerezos más hermosos de las ciudades son posiciones anheladas y deseadas por todos, tanto es así que las empresas suelen mandar trabajadores a coger sitio días antes de la floración, y permitir que posteriormente todos ellos puedan beber juntos con hermosas vistas. Esta fiesta continúa por la noche denominándose "yozakura" (夜桜 cerezos de noche).
Son numerosas las leyenda y significados de los cerezos y de su flor, llamada Sakura. Ya en la epoca Shogunato, los sumaráis tenían gran predilección por ella, y todos aquellos que hayan visto la película de 'El último samurái' lo recordaran. Actualmente el significado de la flor es muy diferente, asociada a la inocencia, la simplicidad y la primavera.
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