Los dos años que la plaza principal de Jerez estuvo patas arriba

Tras la peatonalización de la calle Larga, la remodelación de la plaza del Arenal, con su aparcamiento, remataba la estrategia urbanística del centro. Ahora se cumplen 20 años de la adjudicación de aquella obra

Obras de remodelación de la plaza del Arenal y su aparcamiento.
Obras de remodelación de la plaza del Arenal y su aparcamiento. JUAN CARLOS TORO

Hace ahora 20 años, el Ayuntamiento adjudicaba la magna obra de construcción del parking subterráneo de la plaza del Arenal a la constructora Azvi, junto a otros dos proyectos, por entonces, de aparcamientos: plaza del Caballo y Madre de Dios. En estas construcciones invirtió 25 millones de euros.

De estas tres, la del Arenal fue crucial y la más llamativa. Impulsó un avance definitivo en la configuración del centro urbano. Dada su dimensión, fue una intervención que despertó polémicas, sobre todo previas, ante la posibilidad de que esta emblemática plaza jerezana cambiara en su estética.

Fueron algo más de 18 meses de obras, tiempo en el que se cerró todo el entorno con los lógicos perjuicios económicos para comerciantes y hosteleros. Fue también la distracción diaria de jubilados y desempleados que dejaban pasar la vida viendo la evolución de los trabajos. No hay ‘espectáculo’ mejor que una obra de esta envergadura en pleno centro de la ciudad.

Máquinas levantando el pavimento de la plaza.     JUAN CARLOS TORO
Máquinas levantando el pavimento de la plaza y una de las farolas desmontada.     JUAN CARLOS TORO

La superficie total del aparcamiento es de 22.000 metros cuadrados y está dividido en cuatro plantas. Los trabajos comenzaron en mayo de 2004, y su culminación estaba prevista para marzo de 2025, plazo que no se cumplió. Se trató de una obra magna, tanto que durante la excavación hasta alcanzar la cota máxima de profundidad, salió a la luz una antigua necrópolis con más de un centenar de cuerpos distribuidos en 89 tumbas individuales y once osarios.

Políticamente, la obra también tuvo mucha ‘miga'. En 2003 el gobierno local estaba conformado por un pacto entre PSA y PP, Pacheco y Pelayo, el primero como el rimbombante coordinador del área de Política Territorial y primer teniente de alcaldesa, que llegó incluso a inaugurar el aparcamiento de forma oficiosa sin avisar a sus socios y aprovechando una visita a la Carrera Oficial, en vísperas de la Semana Santa, para hacer un alto y recibir al primer usuario del parking.

“Es una obra ideal para que los padres vengan con sus hijos a disfrutar de la Semana Santa” dijo entonces Pedro Pacheco. La constructora Azvi no solo se quedó con el encargo de la obra sino también con la explotación de la concesión del aparcamiento por 39 años, tras pagar un canon de seis millones de euros.

Vehículos aún transitando por la plaza, algunos tan curiosos como la moto de la imagen..     JUAN CARLOS TORO
Vehículos aún transitando por la plaza, algunos tan curiosos como la moto de la imagen..     JUAN CARLOS TORO

También hubo su más y sus menos sobre el coste de la intervención, censurado también desde el ‘otro’ Ayuntamiento, el de Pelayo. El ‘vicealcalde’, como le hubiera gustado a Pacheco que hubiera sido la nominación de su cargo en aquel tormentoso gobierno, insistió en que solo con el canon sobraba para pagar la obra.

El entonces director general de Azvi, Santiago Varela, reconoció que no fue una obra fácil debido a las técnicas que hubieron que aplicar para dar resistencia a la estructura. Todo esto a pie del acceso al parking, mientras que la superficie aún quedaba por terminar, incluida la fuente y el monumento al general Primo de Rivera.

Sobre esto también hubo polémica ciudadana sobre si debía volver o no a presidir el ‘salón’ de Jerez. Los tradicionales entendían como anatema retirar al dictador jerezano, además del hecho de que la escultura es de Mariano Benlliure. En el otro lado estaban los que proponían una solución distinta a devolver a su lugar al que tachaban como una figura muy discutida en la historia de España por, entre otros hechos, sus acciones en la guerra del Rif.

Aspecto de la plaza del Arenal recién comenzada la obra cuando aún se veía la calzada que circundaba su perímetro.      JUAN CARLOS TORO
Aspecto de la plaza del Arenal recién comenzada la obra, cuando aún se veía la calzada que la perimetraba.    JUAN CARLOS TORO

¿Volver al empedrado, poner losas…? Otra controversia que también estuvo presente cuando se planteó la rehabilitación de la superficie. Al final, excepto en algún detalle, todo volvió a ser como era, pero la zona quedaba peatonalizada al completo cortando uno de los principales accesos al centro.

A día de hoy solo se concibe el Arenal tal y como está. Pocos recuerdan haber transitado con su vehículo por su entorno y ponen cara de extrañeza cuando les dices que hasta hace 20 años se podía circular por ella. Cerrarla estaba en la mente de ese Jerez que quería Pacheco para el centro, rematando el eje Larga y Arenal. El tiempo pasa, la razón se impone y al final la idoneidad de lo hecho salta a la vista en la vida que se respira en el centro jerezano, gracias a una estrategia que miraba al futuro.

Sobre el autor:

KIKO ABUIN 1

Kiko Abuín

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