Comprometido con los más necesitados y un "peregrino del mundo"
Cristóbal López Romero es andaluz de nacimiento (Vélez-Rubio). Cuenta 73 años de edad. Es licenciado en Periodismo por la UAB e hizo estudios de Teología en el Seminario salesiano de Barcelona. Siempre bajo el carisma salesiano, el cardenal ha vivido la reciente elección de León XIV no sin antes despedir a quien fue su amigo y quien le impulsó al colegio cardenalicio, el papa Francisco. Fue uno de los 'candidatos sorpresa' en el precónclave, lo que le concedió una gran atención mediática.
Ahora se encuentra en Jerez celebrando con las comunidades salesianas locales la fiesta de María Auxiliadora. En el colegio de Montealto ofició una misa al celebrar esta comunidad educativa los 125 años de la bendición de la imagen de la Virgen, que saldrá en procesión este sábado. "No convirtamos a la Virgen María en una diosa", dijo en su homilía ante centenares de personas.
De carácter afable, incluso da la sensación de que huye de la dignidad que acompaña a los ‘príncipes de la Iglesia’. Su carisma salesiano es su “identidad cristiana”. Se le tilda como un pastor comprometido con los más necesitados y un "peregrino del mundo" que ha dedicado su vida a la misión y la comunicación. Se pone como ejemplo de sacerdote cercano y accesible, “con un gran corazón abierto a los demás”.
Su vocación salesiana surgió en Badalona, donde estudió. Fue ordenado sacerdote el 19 de mayo de 1979, en Barcelona. En 1984, a los 32 años de edad, fue destinado a Paraguay donde pasó 18 años, entre 1984 y 2002, siendo provincial de 1994 a 2000. En dicho país fue presidente de la Conferencia de religiosos y asesor del Ministerio de Educación. Fundó la Asociación de Periodistas Católicos de Paraguay y se nacionalizó paraguayo.
El 29 de diciembre de 2017 el papa Francisco lo nombró arzobispo de Rabat. Fue consagrado el 10 de marzo de 2018. Poco más de un año después, en marzo de 2019, recibió al papa durante su viaje de Estado a Marruecos. El 24 de mayo de 2019, Francisco lo nombró administrador apostólico de Tánger, cargo que desempeñó hasta el 25 de febrero de 2022.
El 5 de octubre de 2019, el mismo pontífice lo elevó a cardenal en la Basílica de San Pedro. El 14 de enero de 2020 fue nombrado miembro del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso. El 3 de mayo de 2022 fue nombrado miembro de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos

Pues estoy muy contento de estar en un clima de ambiente salesiano, que es mi familia, y poder compartir con mis hermanos y mis hermanas y tantos cooperadores salesianos, esta fiesta de María Auxiliadora en el 125 aniversario de la llegada de la imagen de la Virgen a esta casa de Montealto.
Pues yo creo que está en su mejor momento, en el sentido de que en todo el mundo, en los cinco continentes, en 130 países, María Auxiliadora es conocida gracias a la presencia de los salesianos religiosos y la familia salesiana en general. Se está extendiendo muchísimo y don Bosco decía que la Auxiliadora era una vocación para tiempos difíciles, y creo que estamos pasando por tiempos difíciles a nivel político, social, económico, incluso religioso. Entonces la presencia de la Auxiliadora en la vida de los cristianos es fundamental para que seamos capaces de cumplir la misión que Dios nos ha dado, que es de amarnos los unos a los otros, sirviendo a nuestro prójimo, particularmente a los más necesitados.
“Don Bosco decía que la Auxiliadora es una vocación para tiempos difíciles, por los que estamos pasando a nivel político, social, económico, incluso religioso”

No, ya he estado bastantes veces porque he sido provincial de los salesianos y desde Sevilla venía aquí al menos dos, tres veces por año, durante cuatro años, así que conozco las casas salesianas. La verdad es que no venía por turismo, y por lo tanto cuando venía me limitaba a estar en las casas salesianas, reunirme con los jóvenes, reunirme con los profesores, con los grupos de la familia salesiana, pero conozco Jerez.
No, no hay que añorar los tiempos pasados, hay que vivir el pasado con agradecimiento, el presente con pasión, que es lo que yo intento hacer, y el futuro con esperanza. Así que no soy de los que miran más el retrovisor que el parabrisas. Creo que hay que mirar el retrovisor para recordarnos de dónde venimos, pero hay que mirar adelante, al horizonte, y no vivir de nostalgia ni vivir de añoranzas. Hay que vivir el presente tal como es, aceptar la realidad, vivir la compasión y mirar al futuro con optimismo, porque Dios está a nuestro lado, porque el Espíritu Santo está vivo y actuante, porque María nos acompaña en nuestro caminar, y eso no nos permite ni el desanimarnos, ni mucho menos el desesperarnos. Usted es arzobispo, usted ha comentado la misma homilía que ha ofrecido en la misa, que son unos 30.000 católicos los que hay en su arzobispado de rabat.

“Hay que mirar adelante, al horizonte, y no vivir de nostalgia ni vivir de añoranzas”
Pues de la misma manera que en un país que se dice cristiano, aunque no lo es. Hay que estar cerca de la gente, y eso implica, en mi caso, viajar mucho, porque es una diócesis extensa como toda España, prácticamente, y eso me supone mucho ir y venir de una ciudad a otra, y a veces recorrer siete horas de coche para llegar a una comunidad donde encuentro a ocho cristianos, o a veces a doce o cincuenta. Pero en lo básico es lo mismo, porque es escuchar a las personas, aceptarlas tal como son, ayudarles a crecer y crear un espacio de comunión en el que todos podamos sentirnos familia, hijos de Dios, hermanos entre nosotros.
“En Rabat llego a comunidades de ocho cristianos, doce o cincuenta. Lo básico es lo mismo, escuchar a las personas”
Sí, es un cristiano que puede vivir su fe con toda tranquilidad y en comunión y en relación con los musulmanes, que no son nuestros enemigos, ni nuestros contrarios, ni nuestra competencia, sino que son hermanos y hermanas que comparten con nosotros muchos elementos de nuestra fe, sobre todo la fe en un Dios único y misericordioso. Y entonces podemos trabajar y vivir en amistad, en buena convivencia, en buena colaboración, y poco a poco dar pasos hacia esa fraternidad a la que el Papa Francisco nos llamaba, la fraternidad universal, a la que Jesús nos llama, porque Él nos dijo, todos sois hermanos, y tenemos que vivir en esa familia de Dios.
“El cristiano puede vivir su fe con toda tranquilidad y en comunión con los musulmanes, que no son nuestros enemigos”
Bueno, han sido tres semanas las que yo he pasado en Roma, entre una cosa y otra, y como has dicho, han sido muy intensas, de una experiencia única e irrepetible para mí, porque espero y deseo que el Papa actual, León XIV, viva por lo menos 10, 12, 15 años, y para ese momento, si Dios me da vida, ya estaré pasando los 80 y no participaré del próximo cónclave. Si Dios me da vida, podré participar de las reuniones que se hacen previamente, y sobre todo, estar donde esté, contribuir a que desde la Iglesia el reino de Dios se construya. Ha sido una experiencia que agradezco al Señor, y que me ha reafirmado en mi sentido de pertenencia a la Iglesia, una Iglesia universal, católica, que allí se palpaba, se tocaba con las manos.
El cónclave: “Han sido semanas muy intensas, de una experiencia única e irrepetible para mí”
Bueno, eso no tiene absolutamente ninguna importancia.
Bueno, lo que importa es que se conozca a Cristo y su Evangelio.


