Más de medio siglo de guisos de caza en la Venta Lomopardo: conejo, venado, perdiz, faisán, jabalí…

Este restaurante, en la barriada rural del mismo nombre, debe su éxito al respeto total a la cocina de los bisabuelos de los actuales propietarios, aquellos que iniciaron el negocio, más de medio siglo de veneración

Enrique López Pérez en la venta de la barriada de Lomopardo, en la campiña de Jerez.
Enrique López Pérez en la venta de la barriada de Lomopardo, en la campiña de Jerez. MANU GARCÍA

Hace 54 años, en una casa de la barriada de Lomopardo en Jerez, en la rica campiña jerezana, una señora empezó a cocinar los productos que los cazadores les llevaba hasta el que era su hogar. Sobre las cuatro de la tarde, ella empezaba a dar forma en sus fogones a unos platos camperos y sobre todo caseros, tomando como base conejos, perdices, liebres… todo lo que en esa jornada habían conseguido cazar. Así dio sus primeros pasos lo que es hoy la Venta Lomopardo, en el mismo sitio, casi la misma cocina, siempre casera. Y la misma familia.

Enrique López Pérez es la cuarta generación que ha sucedido a aquel matrimonio, sus bisabuelos y abuelos, que les legaron unas formas y estilos gastronómicos que conserva como un tesoro; una herencia que le hace tener identidad propia en su carta: a él y "a la siguiente generación que viene empujando". Porque es la misma familia la que trabaja el negocio ayudados por personal contratado. Pocos son los que en Jerez, y en muchos kilómetros a la redonda, no conocen este establecimiento.

Interior de la venta.
Interior de la venta. MANU GARCÍA
Una cazuela de arroz con pollo.
Una cazuela de arroz con pollo. MANU GARCÍA

"Comidas naturales y sin nada que sea artificial, sino todo hecho aquí, todas la salsas, todo natural", subraya Enrique. El arroz con conejo, con perdiz, con pollo y "buenas carnes y pescados". Pero su fuerte es la cacería: venado, jabalí, faisán, "en definitiva, la comida de campo es nuestra especialidad”.

La venta tiene un proyecto de crecer y ganar espacio con un local adjunto, proyecto que está madurándose, pero que ya está en marcha, "porque nos hace falta sitio", señala el propietario, que reconoce que mucho público se queda sin entrar porque no tenemos más espacio ni dentro ni en la terraza”.

Decoración del establecimiento ubicado en la barriada jerezana.
Decoración del establecimiento ubicado en la barriada jerezana.   MANU GARCÍA
Tacasnina preparada en la venta.
Tagarninas preparadas en la venta.  MANU GARCÍA
Enrique atiende en la barra.
Enrique atiende en la barra. MANU GARCÍA

Esto pone de manifiesto que el éxito es notable, aunque Enrique matiza que va "por temporada. En verano nosotros trabajamos menos, pero en invierno siempre tenemos mucha gente". El perfil del cliente de hoy es muy variado. En sus inicios, como dijo antes, era gente de cacería "que mataban algunos conejos y la abuela se los hacía aquí", más tarde tuvo la fortuna de cuando se construyó la autovía a Sevilla, "los trabajadores también venían aquí a que la abuela les preparara la comida del mediodía". Ahora, asevera con satisfacción, "viene gente incluso de Sevilla, de Ceuta… precisamente a comer aquí".

Y mantener esa cultura culinaria es una religión, "prácticamente es igual todo, lo que es la comida y todos los ingredientes, todas las recetas son iguales que antiguamente. Gracias a mis abuelos". Enrique López Pérez lo dice totalmente convencido, en la Venta Lomopardo "la familia es lo básico. Podría estar en otro tipo de local, con un nivel económico mayor, pero es que esto es familiar y es lo que nos une realmente. Nos vamos de vacaciones juntos, trabajamos juntos y eso es lo que nos hace grandes".

Sobre el autor:

KIKO ABUIN 1

Kiko Abuín

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