Rocío aprendió a cocinar mirando a su madre, a su abuela y a las vecinas de la casa donde vive en el barrio de Santiago, en su Jerez natal. Desde temprana edad empezó a manejar las ollas y las sartenes, pero en su versión gitana, que era y es la cocina que domina a la perfección. Dicen los que han probado sus platos que tienen un toque especial, que no se pueden imitar.
En lo que fue un antiguo colegio de primaria en la calle Carpinteros, desarrolla su saber culinario esta cocinera de vocación, heredera de ancestrales recetas, y que cuenta 46 años de edad; un rincón separado por una reja en la que están dejados caer algunos retratos de grandes del flamenco como El Torta, Moraíto, El Mono y Kiki Morente. Ellos protegen e inspiran los secretos de Rocío, que entre ollas, fogones y sartenes, hace su 'magia', la que hace posible su talento inigualable. Por lo pronto, el olor que emana de esa cocina y que se esparce por toda la casa, anticipa que algo muy bueno está madurando.
¿Cuál es el secreto?, “hacerlo con mucho cariño, darle mucho amor... y las cosas de las gitanas viejas”, cuenta a lavozdelsur.es. Rocío Jiménez, cuyo cuartel general lo tiene en la peña Luis de la Pica, en el corazón de su barrio. “Esto es lo que yo he aprendido de mis mayores, de mi madre, de mis vecinas, y lo quiero transmitir a todo el que quiera aprender lo que es la comida gitana”.

¿Cuál es el secreto?, “hacerlo con mucho cariño, darle mucho amor y las cosas de las gitanas viejas”
“Le canto a la berza, le echo lo que me sale de mi alma, como un poquito de aceite, y le canto, un, dos, tres, cuatro, cinco. Y así se hace, con cariño, y me encanta”, relata con todo el arte del mundo Rocío, que destaca, como platos preferidos, las tagarninas, la berza, la sopa de tomate, “cosas de aquí, de nosotros”.
Cuando se animó a lanzarse en esto de enseñar, llegó la pandemia que interrumpió lo presencial. Sin embargo, alguien le dijo que lo intentara online: “Empecé cuando lo del covid en la Peña Luis de la Pica, y presencial, pero me dijeron, ¿por qué no lo hacéis online? Y la verdad que fue un bombazo”, tanto que, a día de hoy, asegura, “soy pionera en cursos de gastronomía gitana”.
De su madre, su referente absoluto, conoció los tiempos en los que se iban a los campos para componer la comida del día con lo que encontrara. Es una cocina que nace de la necesidad, pero con muchas dosis de imaginación. "Si hoy no tienes carne, pues se hacen refritos y le echas papas con huevos y te sabe a gloria bendita”, dice.


Cuando le preguntan cómo lo hace para que sepa a “gloria bendita” no tiene una respuesta tangible, “pues yo qué sé, tendré magia”. En gran medida, esa cocina gitana está íntimamente ligada a la gastronomía tradicional de Jerez: "Si hablas de berza y de tagarninas, evidentemente está más allá del mundo flamenco, una comida gitana que no se pierde”.
Rocío Jiménez entiende que su cocina gitana “es una mezcla de todo, porque el pescado lo hago también a la manera que lo hacía mi madre. También las legumbres, las habichuelas, los garbanzos o una sopa de tomate. ¿Cómo está hecho? Pues la hierbabuena es el fundamento en todo”.
Le gusta hacer la sopa de tomate y la berza con todos sus avíos, “su pedazo de pringá, que también es otra cosa que me gusta mucho hacerla”. Reseña también los montaditos, los chicharrones, “que son diferentes a todos, me dicen". ¿Por qué son distintos?, lo que les echo es el duende de la casa”.
Cuando le preguntan cómo lo hace no tiene una respuesta palpable: “Pues yo qué sé, tendré magia”


Ese misterio dice que está en el barrio de Santiago, un duende que engancha y hace que la gente que va a la peña, “repita por la comida, por el trato a todo el mundo como si fuera de la familia”.
De cara al curso de marzo, del 3 al 6, lo que persigue es “motivar a la gente” y “con muchas ganas de empezar, porque luego, cuando terminamos los guisos echamos una pataíta por bulerías”, algo así como una gastronomía fusión con el flamenco.
Su público es principalmente de fuera, “que viene con muchas ganas, que viene a buscar lo humano de una peña, de una comida, de un baile, que lo traten como familia. Eso es lo que les gusta”.
“Yo no soy artista. No vengo de gente artista ni famosa, pero todo el mundo me da mi sitio. Bailo cuando me pone los pelos de punta un cante que me gusta”. En pocas palabras: “lo que mamé desde chica”. Para participar en este curso de cocina gitana de Rocío Jiménez, las inscripciones se hacen a través del teléfono 677046719 y se desarrollará en la Peña Luis de la Pica en la calle Carpinteros del barrio de Santiago.
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