La barriada de La Plata, con mayores, paro y "buena gente" 'al sol': "Han vuelto cosas que se habían dejado de ver, por la crisis"

Este histórico enclave tenía en su actual parque una "pedanía en la ciudad, Sotoflores, con casas de autoconstrucción y lata" hasta que construyeron bloques de protección en el entorno. Un barrio tranquilo pero al que la falta de oportunidades

José Calero, con un amigo con el que frecuenta las horas de sol de La Plata.
José Calero, con un amigo con el que frecuenta las horas de sol de La Plata. MANU GARCÍA

La barriada de La Plata fue encargada al arquitecto municipal de Jerez Fernando de la Cuadra, figura clave de los años del desarrollismo, de un Jerez en construcción. Fue uno de los primeros grandes barrios anexos al centro, poniendo los mimbres de la ciudad que estaba por llegar, tan esparcida y casi segregada como es hoy. En ella vivían personas relacionadas con el mundo de las bodegas, pero no solo eso. También, nuevos funcionarios de los años 40, del Ayuntamiento, o militares de Aviación y de Tierra. Tenía el potencial para convertirse en una miniciudad, con mercado de abastos, iglesia y colegio. Donde hoy está el parque había principalmente autoconstrucciones o chabolas de lata. Era Sotoflores, y con los años serían desmanteladas para reubicar en otras casas de protección a sus vecinos, principalmente en el polígono San Benito. Un barrio con frontera en calle Pizarro y con un parque que lleva su nombre.

Hoy, La Plata es un barrio que no necesita más porque hoy es casi el centro de Jerez. Cuestión de proporciones, hoy es cerca lo que antes quizás no lo era tanto. Sus vecinos son los de toda la vida. Muchos nacen y morirán en La Plata, pa qué más. Cuentan que no hay muchas casas a la venta, porque quién va a irse. Hasta puede uno aparcar con algo de suerte.

Los callejones bajo los bloques, característicos de La Plata. AUTOR: MANU GARCÍA
Los callejones bajo los bloques, característicos de La Plata. AUTOR: MANU GARCÍA

Manuel González lleva toda la vida. "He visto mucho cambio, cuando íbamos al colegio cantábamos el Cara al Sol. Luego nos mandaron al Polígono pero volví". Se une a la conversación Gregorio, también de toda la vida. "Esto era campo, Sotoflores era como una pedanía dentro de la ciudad. Podían vivir 400 familias". Palomas, gallinas... "Ese barrio se va despoblando cuando empiezan a construirse bloques. Las Casitas Bajas las dieron a quienes tenían más hijos, al resto fueron pisitos". Manuel añade que los que vivían en las actuales casas de La Plata "era para mi madre los que tenían carrera, como gente de la Renfe".

José Calero lleva más de 20 años viviendo en La Plata. "Cuando yo llegué eran más personas mayores. Ahora hay más jóvenes. Me gusta mucho. Es como La Constancia, los primeros de tres plantas, aunque sin ascensor. Yo subo a un tercero con 63 años y me encuentro bien". Cuando llegó, eso sí, había tres kioskos, y ahora solo uno. "Aquí había cola también para los churros. El hombre se jubiló". Cuenta que han puesto El Corte Inglés, como se refiere al mercadillo. "No me gusta, deja suciedad y no hay donde aparcar ese día". Y lo considera un barrio muy seguro. Muestra de ello es que cuando hay algún tirón, por ejemplo, o parten un cristal, cada mucho, mucho tiempo, es noticia, explican los vecinos. "Una vez me partieron el cristal del Mondeo. Una noche, y sabíamos quién era. Luego, hay alguna barbacoa en el parque, pero es un barrio muy tranquilo".

Los puestos vacíos del mercado. AUTOR: MANU GARCÍA
Los puestos vacíos del mercado. AUTOR: MANU GARCÍA

Gregorio es crítico. "La gente joven se ha quedado atrasada en este barrio, es así desde el felipismo. Muy pocos que estudiaron tienen medios, pero una mayoría aquí no estudió", asegura. "Y cayeron gente con la droga, aunque más en otros barrios como Juan XXIII. Lo que sí ha habido aquí es trapicheo, porque hay muchas calles estrechas, veían a la poli y salen corriendo". Ahora, "después de un tiempo parado se está viendo otra vez, cosas que se habían dejado de ver", a cuenta de la actual crisis. "Si no le das oportunidades, se tira a esa vida". "Si no das cursos y no los distraen, recogidas. Cualquiera, aunque mis hijos no, ¿eh?, pero coges a otro cualquiera, le dices que haga un currículum, y no saben qué poner. Se ve en La Plata, y en la mayoría de sitios. ¿Vosotros estuvísteis escribiendo del Mopu, no? Pues igual", añade Manuel. Los que sí estudiaron se fueron marchando, a menudo, de Jerez. "Aquí falta formación, se han comido el dinero de la formación, y luego está la voluntad de los chavales", remata Gregorio.

Los comercios de La Plata, palmas y silbidos

En el mercado de La Plata hay algo esencial que le falta al sitio. A José Antonio Jiménez, toda la vida de pescadero, le hacen a menudo compañía los propios pescados. Estos días, justo, está de baja la otra persona que tiene un puesto. "La hicieron nueva hace 20 años y empezó bien, hasta la crisis. No es normal esto, estamos dos. Hay muchos centros comerciales, no es normal. Yo llevo seis años abriendo la plaza yo". Fue tras el ERE municipal. Le dijeron que sería por unos meses. "Hasta hoy". No hay celador encargado de esto, asegura. "Yo, porque tengo mi clientela, pero esto está chungo. No hay quien compita". 

Recela también de que "han ido a preguntar amigos míos para abrir un puesto. Te dicen que tienen que salir a subasta. Lo sacan publicado una vez o dos en el periódico, ¿quién se entera? Quillo, ayuda al que quiere abrir". Y se paga "poco", pero que se la den, insisten, a quien lo necesite. "El barrio, entero, ha ido a menos. Echar la vista atrás no puedes. Yo no me quiero ir ni muerto, porque son 20 años aquí, pero esto no puede seguir así". 

Juan Quirós, en su puerta del bar La Parada en La Plata. AUTOR: MANU GARCÍA
Juan Quirós, en su puerta del bar La Parada en La Plata. AUTOR: MANU GARCÍA

Uno de los corazones que laten en el barrio es el bar La Parada, de Juan Quirós. Lleva 42 años, "desde el 79. El barrio ha cambiado un poquito. Han cambiado calles, acerados, y ahora vive más juventud". Las generaciones mayores van dejando algo de paso, "pero todavía hay muchos mayores". El cambio en estos años los ha visto para bien, "hubo muchos problemas antes con la droga. Pero yo lo veo un barrio muy bueno para vivir. Se vive muy tranquilo. Aquí, sí, se ve mucho paro con la pandemia. Pero en La Plata nunca ha habido, no hay mala gente. No es inseguro". "Un lavadito de cara sí le daría, en las aceras ya se han caído algunas personas" por el mal estado del firme en algunos puntos.

Su bar ha quedado como una de las referencias de los churros desde el cierre del histórico puesto. "Con esta pandemia nunca sabemos", dice sobre la situación actual. Ahora, han dejado de venir muchos clientes por el empeoramiento de la situación. "Pero aguantamos, estamos aquí después de 2020". También sigue La Plata. Y seguirá. Con sus mayores, sus rumores sobre trapicheos, su mercado necesitado de vendedores y clientes. Sus horitas al sol de jubilados (y de quienes no lo son). Es La Plata, el barrio histórico de Fernando de la Cuadra, que tanto cambio, pero donde casi nunca se va la gente, si puede.

Sobre el autor:

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Pablo Fdez. Quintanilla

Licenciado en Periodismo y Máster en Comunicación Institucional y Política por la Universidad de Sevilla. Comencé mi trayectoria periodística en cabeceras de Grupo Joly y he trabajado como responsable de contenidos y redes sociales en un departamento de marketing antes de volver a la prensa digital en lavozdelsur.es.

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