El brote de lengua azul que afecta al ganado en Andalucía comienza a dar un respiro en algunas zonas, como Jerez, donde los ganaderos aseguran que las muertes han remitido. Sin embargo, la preocupación sigue siendo alta ante la falta de ayudas económicas, la escasa información oficial y la expansión del virus por toda la comunidad autónoma.
En declaraciones recogidas por este medio, productores jerezanos explican que la situación "va a mejor", ya que en sus explotaciones "no vamos teniendo bajas" en los últimos días. Aun así, critican la falta de respuesta por parte de la Oficina Comarcal Agraria (OCA), a la que acudieron semanas atrás. "Desde entonces no sabemos nada; solo nos estamos informando a través de grupos de WhatsApp entre ganaderos", lamentan.
Desde organizaciones agrarias como la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) se han elevado peticiones al Ministerio de Agricultura y a la Junta de Andalucía para que adopten medidas urgentes. Reclaman ayudas directas para compensar las pérdidas económicas sufridas, especialmente en zonas como la sierra de Cazorla, donde se han producido importantes mortandades de ovejas debido a los serotipos 3 y 8.
Aunque las autoridades han reforzado la vigilancia y han promovido la vacunación de las cabañas ganaderas, desde UPA insisten en que estas acciones no son suficientes. "Se necesitan ayudas urgentes como las que se aprobaron el año pasado", subrayan en un comunicado. La organización alerta de que muchos ganaderos se encuentran al límite por los costes crecientes y los bajos precios en origen.
En una reciente reunión con ganaderos de Jaén, el secretario general de UPA, Jesús Cózar, y la secretaria de Ganadería, María Isabel Campos, constataron la difícil situación del sector. "La lengua azul puede suponer el cierre de numerosas explotaciones en la provincia si no se actúa con rapidez", advirtieron. También señalaron la necesidad de asegurar una estrategia de futuro que vaya más allá de la mera contención del brote.
El valor relativo de la vacunación
La vacunación, aunque recomendada, tampoco garantiza la protección total del ganado. UPA ha observado casos de explotaciones sin animales vacunados que no han sufrido pérdidas, y otras donde, pese a estar inmunizados, han muerto numerosos borregos. Este hecho ha generado incertidumbre entre los ganaderos, que reclaman mayor transparencia sobre la efectividad real de las vacunas.
En la provincia de Málaga, el panorama también es preocupante. Más de 1.000 animales se han perdido desde el inicio de los nuevos brotes, según han trasladado los ganaderos a representantes de UPA en una reunión reciente. El responsable provincial, Francisco Moscoso Castillo, recogió sus inquietudes y urgió a las administraciones a responder con medidas concretas.
Mientras el virus continúa su avance en el territorio andaluz, crece el sentimiento de abandono en el campo. Ganaderos de varias provincias coinciden en que la situación requiere no solo control sanitario, sino también una respuesta política y económica contundente. "Nos estamos enfrentando solos a una enfermedad que amenaza la supervivencia de nuestras explotaciones y estamos perdiendo mucho dinero", advierten.
