Jerez ha querido dejar clara su apuesta por una sociedad más inclusiva durante la Semana Internacional de las Personas Sordas. La bandera de la asociación Apesorje ya ondea en la fachada del Ayuntamiento como gesto simbólico y reivindicativo. La enseña se ha colocado este jueves 25 de septiembre en el balcón del edificio municipal por la teniente de alcaldesa de Igualdad y Diversidad, y diputada provincial, Susana Sánchez, junto a las delegadas de Inclusión Social y Participación Ciudadana, Yessika Quintero y Carmen Pina. También participaron la secretaria de Apesorje, Ana Ruiz, y un grupo de miembros de la entidad.
Este acto se enmarca dentro de una semana que busca visibilizar los derechos y demandas de la comunidad sorda y poner en valor la riqueza que aporta a la sociedad. Tras la izada de la bandera, Ana Ruiz dio lectura a las ideas centrales del manifiesto de la Confederación Nacional de Personas Sordas de España y de la Federación Andaluza, que celebran esta efeméride bajo un lema claro: “No hay derechos humanos sin el derecho a la lengua de signos”.
"Un país que ignora sus lenguas se empobrece"
La teniente de alcaldesa ha lanzado un llamamiento a la ciudadanía. “Entre todos podemos hacer un Jerez mejor y una provincia más inclusiva”, expresó. Sánchez insistió en que la unión entre administraciones es imprescindible: “Solos no podemos, necesitamos estar unidos y sumar esfuerzos”. También agradeció la labor constante de Apesorje y subrayó que la atención al colectivo es “una prioridad para el gobierno municipal”. En este sentido, recordó que la asociación está incluida en el plan especial de subvenciones y que colabora en el proyecto Jerez 2031, Capital Europea de la Cultura. Además, anunció la creación de una plaza de intérprete de lengua de signos en el Ayuntamiento.
Sánchez también pidió empatía y comprensión hacia las dificultades que afrontan cada día las personas sordas, recomendando la película Sorda (2025) como ejemplo para acercarse a esa realidad.
Por su parte, Yessika Quintero subrayó que el Consistorio trabaja “con pasos firmes para la inclusión total”, aunque reconoció que aún queda mucho camino por recorrer.
El manifiesto leído por Ana Ruiz fue contundente: la ciudadanía sorda “no debería tener que superar más obstáculos, ni sufrir más abandono institucional”. Denunció la falta de inclusión en las aulas, las dificultades en el ámbito laboral y las barreras en la atención médica. “Un país que ignora sus lenguas se empobrece”, afirmó, reclamando la entrada en vigor del decreto que regula las lenguas de signos. Y concluyó con un mensaje que resonó en la plaza: “La libertad no es libertad si no podemos ser nosotros mismos. No hay derechos humanos sin el derecho a la lengua de signos”.