El Palacio Riquelme merecerá una atención especial en cuando a vigilar su evolución dentro de la ruina que presenta además de adecentar en lo posible su penoso estado interior. Así lo ha adelantado la alcaldesa tras realizar una visita acompañada por su equipo de gobierno, lo que viene a poner en evidencia la importancia que la da a este histórico inmueble.
Más explícitamente, señala en un comunicado, que “no seguirá durmiendo el sueño de los justos con este gobierno”. En la amplia comitiva estaban también técnicos del área de Patrimonio Histórico y Museo Arqueológico.
La alcaldesa subraya que quiere “cuanto antes, dejar de hablar de pasado y de ruina de este emblemático inmueble del siglo XVI para hablar de proyecto de consolidación y puesta en uso”. Un momento que esperan con sumo interés es finales de este mes cuando estará finalizado el estudio que encargó el Ayuntamiento a la Fundación Universidad de Sevilla sobre la fachada y la primera crujía, un análisis que determinará el estado exacto de esta zona del Palacio y que permitirá “tener una primera aproximación a la actuación que será necesaria hacer para poder dar uso a un Palacio declarado en ruina y que ha estado totalmente abandonado durante los últimos 8 años”.
El Gobierno local hará público este informe y anuncia que encargará un completo estudio del inmueble que permita no actuar sólo sobre una parte sino tener una visión completa del Palacio Riquelme y poder definir el proyecto completo de actuación de manera que se pueda prever un calendario de inversiones y usos “sin parcheos y pensando siempre en la rehabilitación y revitalización no sólo del palacio sino del Barrio de San Mateo”.
Además, García-Pelayo ha avanzado que el Ayuntamiento va a poner en marcha un plan de cuidado y limpieza permanente del interior del Palacio Riquelme que evite un mayor deterioro.
¿Cuál será su futuro uso?
Sobre esto, el gobierno informa en la nota informativa que “asume que, en primer lugar, hay que esperar a los resultados de este primer estudio y, a partir de ahí y teniendo en cuenta que falta saber de forma detallada del resto del inmueble, diseñar un plan de uso cultural y público en el que ya se está trabajando por parte de las áreas de Urbanismo, Centro Histórico y Cultura”.
El Palacio Riquelme es un referente arquitectónicos destacado, dentro del patrimonio artístico e histórico jerezano. Fue expropiado por el Ayuntamiento en 1981, materializándose dicha expropiación en 1994 cuando pasó a ser de titularidad municipal, estando catalogado en el PGOU como de “interés específico” con el máximo nivel de protección que propone la normativa urbanística del PGOU.
A pesar de las actuaciones de consolidación llevadas a cabo, la ausencia de un proyecto de rehabilitación sólido y solvente ha devenido al estado actual de ruina con derrumbes más o menos importantes además de que los años y el la evolución a peor de su estado deja a este edificio en un estado límite.
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