El arte urbano ha vuelto a rendir homenaje al flamenco. Esta vez ha sido el artista valenciano Adrián Mateo, conocido como Dridali, quien ha llevado el rostro de Capullo de Jerez hasta tierras leonesas, concretamente a la ciudad de Burgos. La obra, basada en una imagen del proyecto de fotomurales flamencos de Juan Carlos Toro, presenta el característico estilo hiperrealista del muralista para captar la esencia del retratado.

"Intento que mi obra no sea una simple reproducción de una fotografía, mi principal objetivo es representar la expresión perfecta de la persona retratada, convirtiendo el espacio público en un espacio de reflexión”, explica el artista sobre sus trabajos.

El mural muestra el rostro en blanco y negro del cantaor jerezano, acompañado de una frase que forma parte de una de sus canciones más populares: “No me gusta el pan, no me gusta el queso, lo que me gusta son tus besos”. La elección del verso, cargado de espontaneidad y sentimiento, refuerza la conexión entre el arte callejero y la raíz flamenca que define la figura de Capullo de Jerez, nacido en la calle Cantarería del barrio de Santiago y criado en La Asunción.

Un homenaje flamenco en el corazón de Castilla y León

Dridali, nacido en 1995 en Valencia, ha logrado consolidarse como uno de los muralistas más reconocidos del panorama urbano español. Su obra puede encontrarse en múltiples rincones del país y en lugares tan diversos como Francia, Noruega, Suecia, Marruecos, Senegal, Kosovo, Sri Lanka o Andorra. “Tengo la suerte de pintar en el museo más grande del mundo: la calle. Aquel que permite su entrada a todos los ciudadanos, sin importar género, situación económica o religión”, subraya el artista, cuya filosofía se refleja en cada trazo.

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Durante varios días, el muralista trabajó en Burgos en la creación de esta pieza que une dos mundos aparentemente distantes: el del arte urbano contemporáneo y el del flamenco más tradicional. La obra no solo busca representar al cantaor jerezano, sino también reivindicar el valor de la cultura popular andaluza como símbolo de identidad y resistencia artística.

El resultado ha generado un notable impacto en redes sociales, donde los usuarios han compartido vídeos y comentarios celebrando el tributo. El propio Dridali publicó el proceso creativo, acumulando miles de reproducciones y reacciones. Muchos seguidores destacaron la fuerza del retrato y su fidelidad a la expresión del cantaor, con mensajes como “una obra con alma”, “impresionante homenaje a un grande” o “el flamenco también vive en los muros del norte”.

El mural de Capullo de Jerez en Burgos se suma así a la lista de intervenciones artísticas que Dridali ha realizado por todo el mundo, consolidando su estilo como un puente entre la calle y la emoción humana. Un reconocimiento inesperado que conecta Jerez con Burgos y que demuestra que el arte, cuando nace de la autenticidad, trasciende fronteras, géneros y acentos.

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Rubén Guerrero.

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