Antonia Castro: "Soy una madre maltratada por la Justicia, por los políticos y los comisarios"

Triste 21 aniversario del asesinato de Juan Holgado al conocerse que el caso prescribirá al haber dado resultado negativo el último análisis de ADN.

Otro 22 de noviembre más, y ya van 21 desde que Juan Holgado perdiera la vida a mano de unos canallas mientras trabajaba en la gasolinera de la calle Martín Ferrador. Los años han ido cayendo, uno tras otro, como una pesada losa para su familia, que sigue sin ver entre rejas a los culpables de su muerte.

Las más de dos décadas que se han cumplido desde el crimen y el mal tiempo a eso de las 11 de la mañana impidió que Antonia Castro, madre de Juan, estuviera más arropada por los jerezanos, esos que se contaban por miles en los primeros tiempos de sus reclamaciones. Familiares y amigos, pocos más.

Flores y velas en el monolito dedicado a su hijo en la glorieta que lleva el nombre de Juan. Dos pancartas pidiendo justicia. Paraguas para soportar el chaparrón. Antonia luce de negro, luto perpetuo desde hace justo 21 años. Es entonces cuando empieza a salir el sol. “Parece que lo ha querido Juan”, se escucha.

Antonia porta en su mano izquierda la fotocopia de una carta anónima, remitida al juzgado instructor que lleva el caso, en el que se pide que se investigue a un hombre de 53 años que presuntamente estaría implicado en el asesinato, un “enganchao” (sic) en 1995 que por entonces frecuentaba “los bajos fondos de Rompechapines”. “Su historial no tiene desperdicio”, concluya la carta, escrita a mano y con una caligrafía de muy mala calidad. Antonia también explica que en los últimos días han aparecido, en la barriada de Las Torres, diversas pintadas en las que también se cita a una persona, esta vez una mujer, como presunta implicada en los hechos. ¿Es el autor de la carta el mismo que el de las pintadas? ¿Por qué informa de esto ahora, 21 años después del crimen? ¿Remordimiento?

Lo cierto es que de poco valen esas pintadas y esa carta ya. Tras cumplirse en 2015 los 20 años del asesinato, cualquier nuevo implicado ya no podría ser imputado al haber prescrito el caso. A esto se suma el hecho de que la Guardia Civil, según informa Canal Sur, ya tiene los resultados de los análisis del ADN hallado en unos cristales rotos recogidos en la gasolinera, que han dado resultado negativo, por lo que también desaparece la esperanza de añadir nuevos nombres que acompañen al de Agustín Morales, ‘El Gata’, un yonki fallecido en una prisión de Huelva hace ya casi una década y cuyas huellas se encontraron en el famoso tetrabrick de zumo que tantas veces reclamó la familia Holgado que se analizara. El caso prescribirá definitivamente en unas semanas.

Ante esto, Antonia no puede más que afirmar que se siente “una madre “maltratada”. Maltratada “por la Justicia, por los políticos, por los comisarios, por todos los que me han estado rodeando, que me han estado dando largas como si yo fuera un bicho raro o hubiera perdido la cabeza”. De hecho, Castro recordó que, a la nefasta investigación policial, se le suma el hecho de que la ropa que vestía su hijo la noche del crimen y que estaba a resguardo en el Instituto Nacional de Toxicología, fue destruida hace 10 años, a pesar de que su análisis podría haber recabado datos fundamentales para esclarecer el caso o, al menos, aportar valiosas pistas que ya nunca se conocerán.

Eso sí, insiste en que “parar no voy a parar” y pide a cualquiera que pueda tener algún dato relevante sobre qué pasó aquella noche del 22 de noviembre de 1995, que la informe. “Que no tengan miedo, que no les va a pasar nada”. 

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Jorge Miró

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