El Ayuntamiento de Jerez ha presentado el Avance del Plan Especial de Energías Renovables, que regulará la implantación de instalaciones de producción y almacenamiento energético en suelo rústico del municipio. Este proceso se abre con un llamamiento a la participación ciudadana, invitando a entidades, colectivos y vecinos a realizar aportaciones antes de su aprobación inicial. El documento incluye también la Documentación Ambiental necesaria para obtener la Declaración Ambiental Estratégica.
La delegada de Urbanismo y Vivienda, Belén de la Cuadra, ha subrayado durante el acto celebrado en el Palacio Villapanés la importancia de construir esta herramienta de ordenación “de forma consensuada y transparente”. La presentación ha corrido a cargo de Manuel A. González Fustegueras, urbanista y director del equipo redactor del plan a través de la consultora Territorio y Ciudad.
Regular sin perjudicar el medio rural
Este plan nace con el objetivo de fijar criterios claros y sostenibles para el despliegue de renovables en el entorno rural, evitando impactos negativos y fomentando, en paralelo, el desarrollo económico y social del territorio. Se plantea como un instrumento estratégico de acuerdo con la Ley de Impulso para la Sostenibilidad del Territorio de Andalucía (LISTA).
Entre sus funciones clave se encuentra la de identificar conflictos de forma temprana, analizar distintas alternativas de ordenación, y establecer una base sólida para el futuro documento definitivo que será debatido en Pleno. Este enfoque permitirá, según Fustegueras, una mejor integración territorial y paisajística de las infraestructuras energéticas.
Uno de los objetivos principales del Plan Especial es garantizar un despliegue racional y equilibrado de instalaciones solares, eólicas, de biomasa, hidrógeno, geotermia y almacenamiento, priorizando la sostenibilidad ambiental, la cohesión social y la viabilidad económica.
Tres criterios clave para ordenar el despliegue
El documento establece tres grandes criterios de implantación. El primero es el de ubicaciones prioritarias, que impulsa las instalaciones sobre suelos artificiales, degradados o sin uso agrícola, especialmente cerca de infraestructuras existentes. El segundo, el de compatibilidad territorial, fija limitaciones en zonas de alto valor ambiental, agrícola o patrimonial.
El tercer criterio, denominado de compatibilidad con elementos clave del territorio, establece distancias mínimas de 1.000 metros entre suelo urbano y futuras instalaciones, así como la protección de ejes visuales, senderos y paisajes relevantes para la identidad de Jerez.
Como resultado de estos filtros, el Plan delimita zonas aptas y no aptas para energías renovables. En el caso de la solar, el 19% de la superficie del término municipal —o el 42% del suelo rústico común— es considerada apta bajo condicionantes. Para la eólica, el porcentaje se sitúa en el 20% del municipio o el 43% del suelo rústico común.
Sin embargo, se plantea limitar la ocupación al 5% del total del suelo rústico apto para solar, y un máximo de un aerogenerador por kilómetro cuadrado en zonas eólicas. Estas restricciones se alinean con las políticas supramunicipales de planificación energética.
La intención del Gobierno municipal es utilizar esta transición energética como una oportunidad para democratizar la producción energética en Jerez y convertir el desarrollo de las renovables en un eje clave de sostenibilidad, innovación y justicia territorial.
