Jesús Carrasco, la historia tras un grito callejero: "¡Almendritas buenas... las 'mejore'!"

El conocido vendedor de conos de almendras en papel de estraza recorre desde hace casi 35 años el centro de Jerez. Fue cantaor, le ayuda su mujer y asegura que "la calle te enseña"

"¡Almendritas buenas… las mejore!", el grito de guerra de Jesús Carrasco en el centro de Jerez, un mediodía cualquiera.

“¡Almendritas buenas… las mejore!”, es lo que cada día se escucha a partir del mediodía en puntos como el Gallo Azul, la calle Algarve y la Plaza Plateros. Jesús Carrasco Guiza lleva 34 años dedicado a la venta callejera cesta en mano, de camarones en Valdelagrana y de almendras fritas en Jerez

La fórmula es sencilla: conitos de papel de estraza gris que Jesús rellena con las almendras fritas por su mujer, María Dolores. Una cesta de mimbre repleta de almendras y con bien de sal gorda por encima hacen que familias enteras se paren continuamente para comprar un paquete por dos euros o la ofertita de dos por tres euros. 

Jesús Carrasco Güiza, el vendedor de almendras del centro de Jerez.   ESTEBAN

Muchos son conocidos de Jesús; otros, extranjeros que observan la “escena tradicional” y sonrientes se acercan indicando con el dedo que quieren “uno”. En Jerez es un aperitivo que no falta, y tabancos, bares y restaurantes aceptan que acompañes la cerveza con unas almendritas de Jesús. Es como una regla no escrita, se puede tapear con ellas sin problema.

"Con un trabajo así se aprende lo que es la vida, la calle te enseña"

“Este oficio me encanta. Mi padre fue vendedor de fruta en la ‘Plaza’ y he bebido desde pequeño lo que es la venta”, relata Jesús.

“Con un trabajo así se aprende lo que es la vida. La calle es la que te enseña. Ves al bueno y ves al malo, aunque yo creo que hay más gente buena en el mundo”. 

"Antes fui cantaor de flamenco, mi palo favorito es el fandango"

La perdición de Jesús, efectivamente, son las almendras: “Como las pruebe ya no paro”. Pero antes de dedicarse a este oficio y hacer de las almendras su forma de vida, Jesús Carrasco fue cantaor de flamenco "en la peña La Zúa y El Pescaero'".

Dice que ya no se considera cantaor (al menos lo guarda de puertas pa’dentro), pero si tiene que quedarse con un palo, el que más le mueve es el fandango. 

Las almendras de Jesús Carrasco, en plena calle Larga.   ESTEBAN

De hecho, la tradición flamenca le viene de familia y le corre por las venas, ya que es pariente de Manuel Güiza, un bailaor que recorrió los tablaos de España, en especial los de Barcelona, y que estuvo en la compañía de Carmen Amaya, además de participar en la película Montoyas y Tarantos, una cinta dirigida por Vicente Escrivá en el año 89, y en la que participaban Cristina Hoyos y Antonio Canales, entre otros.

Jesús Carrasco, con su inseparable cesto de almendras.   ESTEBAN

A esta misma familia pertenece Rocío Carrasco, una de las niñas más precoces en el baile en Jerez; y Samara Carrasco, que también lleva desde pequeña cantando bulerías por los escenarios de la ciudad.