Las máquinas ya trabajan en la calle Santo Domingo para acometer una reforma integral largamente demandada por vecinos y comerciantes de la zona jerezana. El Ayuntamiento ha iniciado la renovación completa de un tramo donde el acerado llevaba años en mal estado, con losas levantadas, pavimentos intransitables y problemas de accesibilidad que afectaban de forma especial a personas mayores y peatones con movilidad reducida. La obra, adjudicada a Obras y Excavaciones Manzano S.L., cuenta con un presupuesto de 237.780 euros y un plazo de ejecución de cuatro meses.

La intervención contempla la retirada del pavimento actual, la nivelación del terreno, la instalación de una nueva solera de hormigón y la colocación de solería hidráulica. También se renovarán los accesos a garajes, se sustituirá el alumbrado por luminarias LED y se realizará el soterramiento de una línea aérea junto al IES Padre Luis Coloma. Uno de los puntos más visibles de la actuación ha sido la retirada del arbolado deteriorado, que será reemplazado por 65 nuevos ejemplares: naranjos y aligustres, especies más adecuadas para este entorno y que permitirán aumentar la masa verde de la zona. Pero más allá de la transformación urbanística, quienes viven y trabajan en la calle interpretan los cambios con matices distintos.
"Cuando he visto esto me ha encantado"
Mariló, vecina de Santo Domingo, resume el sentir de muchos residentes que ven en la obra una oportunidad para mejorar la calidad de vida. "Yo lo veo muy bien, la verdad que sí. Con los árboles estaban los pájaros, olía mal… Y la acera estaba fatal", explica a lavozdelsur.es mientras observa el avance de los trabajos. Confiesa sentir pena por la desaparición de la arboleda, pero considera que no había alternativa: "Estaban en mal estado". Aunque sabe que algunos establecimientos sufrirán más las consecuencias, ella lo tiene claro: "Como vecina, contenta. Yo cuando he visto esto me ha encantado".
Entre la necesidad y la pérdida del "encanto"
Carmen Chacón, propietaria de la tienda Carmen Chacón desde 2008, no cree que su negocio vaya a verse especialmente afectado gracias a su ubicación en esquina. Aun así, reconoce a este medio que el impacto será inevitable: "Algo sí, porque el tránsito de coches por esta calle no lo vamos a tener. Pero menos que a otros". Lo que más le pesa es el cambio visual de la calle. "Es verdad que ahora da mucha pena porque la calle ha perdido todo el encanto al quitarle la arboleda", admite.

Pero el análisis práctico se impone pronto al sentimental: "El acerado está muy mal. He visto a muchas personas caerse. Es necesario arreglarlo". Respecto a la sustitución del arbolado, lo asume como un mal menor: "Los árboles dan mucha pena, pero es que no queda otra. Era la solución para arreglar el acerado y que no vuelva a pasar lo mismo".
"La fecha no es la más adecuada"
La postura de Eva Gómez, propietaria de la tienda Eva Gómez, es más crítica, no con la obra en sí, sino con el momento en que se ha ejecutado. "Llevábamos tiempo esperando que se arreglara todo, porque los árboles estaban en mal estado y las aceras no se pueden transitar. Pero la fecha no es la más adecuada", afirma tajante.
Su negocio es uno de los más afectados por el corte de tráfico y las dificultades de acceso peatonal. "Estoy muy afectada y además va para un tiempo. Cuatro meses dicen", lamenta. Para ella, existían alternativas más razonables: "Yo lo hubiera puesto cuando hay menos tránsito y menos gente en Jerez. Si no en febrero, al final del verano. Esto es una vía de tránsito al centro grandísima, y más ahora con las Navidades". Aun así, coincide en que la intervención era urgente: "Era necesario, pero no en esta fecha".
"La polémica es una sandez"
Miguel atraviesa habitualmente Santo Domingo para ir a recoger a sus nietos del colegio, como hace cada día. "Nos vemos muy afectados, pero si la obra es para mejor, yo lo veo bien", asegura. Reconoce que la imagen actual impresiona por la ausencia de árboles, pero entiende la actuación: "Es una pena lo de los árboles… quedaba muy bien. Pero se han caído personas ahí, de tropezar con las losas levantadas. Era necesario".
Emilio, vecino de la zona, concuerda con la necesidad de la reparación de la calle, a pesar de las molestias. Para él, la discusión generada es artificial. "La polémica es una sandez", afirma sin rodeos. "Los árboles están muy antiguos y hay que cambiarlos. Ya deberían haberlo hecho antes". También recuerda el riesgo que suponían: "Había una losa levantada peligrosa. Aquello estaba fatal". Convencido de que la calle quedará mejor que antes, confía en que las molestias sean temporales: "Si es para mejorar, adelante".




