Sergio, el agente de policía que medió para evitar el crimen en el edificio Roma, destaca el estado, fuera de sí, del agresor hacia su propio hermano, al que asestó, al menos, una decena de puñaladas.
“Invocaba al demonio. Decía que no podía hacer otra cosa que matarnos a todos”. Las palabras de Sergio, agente de policía jerezano destinado en el aeropuerto barcelonés de El Prat y vecino de la persona agredida por su propio hermano, aportan todavía más dramatismo a un hecho que ya de por sí lo es de sobra.
La suerte quiso que otro vecino, enfermero, llegara rápidamente al lugar de los hechos para presionarle las heridas con toallas que evitaron así que siguiera perdiendo sangre. Sin duda, esta acción, junto a la de Sergio, evitaron que Javier hoy estuviera muerto.
El agente reconoce que esta intervención “es de las más duras” que le ha tocado vivir ya que, como señala, “instantes en el que ves cómo agreden a una persona se viven pocos, siempre suele ser a posteriori cuando actúas”. De todas maneras, no dudó en actuar. “No piensas si temes por tu vida. Ves a tu familia, contemplas la situación, la valoras y piensas que tienes que pararle para que no termine de matarlo”.
En total, Javier recibió, al menos, una decena de puñaladas y un corte en el cuello a manos de su hermano, que padece esquizofrenia, según vecinos del edificio Roma. En la tarde del miércoles fue intervenido de urgencia en el hospital. De momento permanece estable dentro de la gravedad en la UCI, según informan desde el Servicio Andaluz de Salud.