Del abeto de la Rotonda de los Casinos a la juguetería Álvarez: así se daba antes la bienvenida a la Navidad en Jerez

La instalación del árbol era la señal de que se acercaban unos días festivos que se vivían de una forma muy diferente a la actual

Una imagen del abeto que se colocaba en la Rotonda de los Casinos.
19 de diciembre de 2025 a las 09:54h

Eran años en los que las luces de Navidad se encendían pasado el puente de diciembre y, no como ahora, que se le da al botón hasta dos y tres semanas antes -a este paso llegará el día que se enciendan en pleno verano– de la festividad de La Inmaculada y las ciudades compiten para ver quién es la primera en iluminar sus calles y si es con más bombillas, mejor que mejor. Que se lo pregunten al alcalde de Vigo. 

Por entonces, a mediados de la segunda mitad del siglo pasado, en Jerez, una de las imágenes que anunciaban que la Navidad estaba cerca era la instalación en la Rotonda de los Casinos, hace ya décadas, de un abeto que se colocaba y adornaba por gentileza de la empresa Electrificaciones Sonsur, que estaba situada frente al referido árbol en la calle Larga. 

Debajo del árbol, como recuerdan los más veteranos del lugar, había una especie de cueva donde se encontraba el misterio del Belén. “Es una pena que se hayan perdido tradiciones como la del árbol” o “este árbol que ponían antes me gusta mucho más que el que ponen ahora”, comentan algunos ciudadanos entre la nostalgia y la melancolía. 

De la juguetería Álvarez a los vendedores de pavos

El escaparate de la juguetería Álvarez daba pistas e ideas para rellenar la carta de los Reyes Magos. “Me encantaba pasar por allí y cada semana, cuando se acercaba la Navidad, le pedía a mi madre que me llevase al centro para ver los juguetes que había dentro”, relata una vecina de La Granja. 

Cartel de la juguetería Álvarez, un negocio muy recordado en Jerez.

Las Zambombas eran reuniones de familiares, amigos y vecinos que se sentaban alrededor de una candela para compartir unos pestiños y aguardiente que han dado paso a los bocadillos, cubatas y macrobotellones. 

Entre muchas estampas navideñas que se han ido perdiendo, para bien o para mal, se encuentran la de los vendedores de pavos vivos, que en Jerez se podían encontrar al final de la calle Arcos, en la calle Ancha o junto al Señor de la Puerta Real.

Una vendedora de pavos.

También era habitual ver en las primeras décadas de la segunda mitad del siglo pasada cómo se les ofrecía regalos durante la Navidad a los conocidos como guardias de tráfico. 

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Rubén Guerrero

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