Verano de 1977. A José Reganzón Cosme, Pepe El Guardia, hermano del Cristo de la Viga, costalero en varias hermandades de Jerez y corneta en la extinta Banda de la Cruz Roja de Jerez, le llega el ofrecimiento de la hermandad del Amor de formar una banda para que acompañara con sus sones al crucificado que por entonces procesionaba todos los Martes Santo desde la iglesia de San Juan de los Caballeros. José, un enamorado de la música y del rostro de la Virgen de los Remedios, no pudo decir que no. Empieza a buscar entre los niños de la barriada, reúne a un buen número y empieza a inculcarles el amor por la música. La joven formación, nacida con el nombre de Banda de Cornetas y Tambores del Cristo del Amor, que sufraga sus instrumentos en tómbolas y vendiendo papeletas, comienza tocando en fiestas y cabalgatas hasta estrenarse en la Semana Santa de 1978. De eso hace ya 40 años.
Este pasado Martes Santo, si había dos componentes felices en la Agrupación Musical San Juan, esos eran Mamé y José Reganzón, hijos del fundador de la banda hace cuatro décadas. Por su cabeza pasaron decenas de recuerdos, muchos de ellos con su padre, ya fallecido, de protagonista. Además, en este 2018 se cumplía otra bonita efeméride: 10 años acompañando al Cautivo del Amor, que a su vez, significó el reencuentro con la hermandad que los vio nacer y de la que se desvincularon en 1981, tras la caída de aquel rayo en San Juan de los Caballeros que tanto daño hizo a la corporación del Martes Santo. Fue entonces cuando Pepe Reganzón decide cambiar el nombre de la banda, para renombrarla con el del barrio que la vio nacer, San Juan.
Desde entonces, la banda de San Juan no ha dejado de crecer, tanto en calidad como en cantidad de componentes, alcanzando en la actualidad los 117. Y si bien en los primeros años de 2000 llegó a tener poca presencia en la Semana Santa jerezana —“algo que no llegamos a entender”, señalan los hermanos Reganzón— ya pueden considerarse profetas en su tierra, acompañando en Jerez al señor de Bondad y Misericordia el Jueves de Pasión, al de San Rafael el Sábado de Pasión, al Cautivo del Amor el Martes Santo, al Ecce-Homo el Jueves Santo, al Cristo de la Expiración el Viernes Santo y al Resucitado el Domingo de Resurrección, además de a la Borriquita de El Puerto el Domingo de Ramos y al Ecce Homo de San Fernando el Lunes Santo.
40 años de historia han dado para mucho. En San Juan, Mamé y David recuerdan dos momentos especialmente. El primero, durante la procesión Magna del año 2000, cuando, tras acompañar a la Sagrada Cena recibieron la invitación de un miembro de la junta de gobierno del Amor de tocar detrás del misterio de vuelta a su capilla, desde la plaza Plateros. “Fue un sueño hecho realidad”, recuerda David. “Fue un momento muy grande”, añade su hermano. Tendrían que pasar ocho años para que la banda volviera a acompañar, esta vez de manera oficial, a uno de los titulares de la hermandad del Amor, el Cautivo. “En 2004, el año en que salió por primera vez, ya nos hicieron el ofrecimiento, pero por entonces teníamos contrato con los Judíos”, recuerdan. “Verte salir en la hermandad que te vio nacer nos trae grandes recuerdos”, indica David.
Aquellos niños que reunió Pepe El Guardia en 1978 pasan ya del medio siglo y han sido sustituidos por nuevos jóvenes que mantienen el mismo espíritu de ilusión, y sacrificio. Cuatro décadas de amor por la música que desde la Agrupación Musical San Juan esperan revalidar, al menos, otros 40 años más.