Miles de fieles han vivido esta madrugada uno de los momentos más emocionantes del calendario rociero: el salto de la reja. A las 2.42 horas, los almonteños han irrumpido en el presbiterio del Santuario de la Virgen del Rocío al paso del Simpecado de la Hermandad Matriz, que regresaba del rezo del Santo Rosario. Así ha comenzado la esperada procesión de la Blanca Paloma.
Justo en ese instante, Isabel Díaz, hermana mayor de la Matriz y portadora del Simpecado, se ha situado frente a la Virgen. La tensión contenida ha estallado cuando los presentes han bajado la imagen del presbiterio, entre vítores, palmas y el sonido del repique de campanas que inundaba el templo.
Una salida multitudinaria y adelantada
Apenas cuatro minutos después, la Virgen del Rocío cruzaba el pórtico del Santuario para encontrarse con los miles de peregrinos congregados en la explanada. Este año, el salto se ha producido 15 minutos antes que en 2024, cuando se realizó a las 2:57 de la madrugada.
Como marca la tradición, la imagen ha tomado el lateral izquierdo de la ermita, el de la marisma, para iniciar su recorrido por las 127 hermandades filiales, siendo la primera en recibirla Huévar del Aljarafe (Sevilla).
Itinerario ampliado y momentos inéditos
Una de las novedades de esta edición es la ampliación del recorrido al llegar a la Plaza Doñana, con el objetivo de darle mayor agilidad a la visita de hermandades. Esta modificación permitirá escenas inéditas como el paso de la Virgen por la casa de la Hermandad de Sevilla, un gesto simbólico que será vivido con especial emoción por sus devotos.
Para la ocasión, la Virgen y el Niño —el Pastorcito— lucen el conjunto textil conocido como “de las Hermandades” o “de los Apóstoles”, confeccionado entre 1951 y 1956 en el Convento de Santa Isabel de Sevilla. Este manto bordado en oro fino y sedas de colores sobre tisú de plata representa una de las joyas patrimoniales del ajuar mariano.
Completa su atuendo la ráfaga de punta de martillo, media luna de plata sobredorada, y las coronas de la Coronación Canónica de 1919. También porta el rostrillo donado por Muñoz y Pabón, figura clave de la historia devocional de la imagen.
Flores con alma de cartel
El exorno floral, obra del artista Mamé de la Vega, está compuesto por calas blancas, orquídeas y flores secas en tonos cálidos, inspirado en el cartel oficial de esta romería. Un conjunto que resalta la dulzura y solemnidad de la imagen mientras avanza entre el fervor popular.
No hay hora fija para el final del recorrido. Como es habitual, serán los propios almonteños quienes decidan cuándo devolver a su patrona al altar. Hasta entonces, la Virgen del Rocío seguirá bendiciendo con su presencia cada rincón de la aldea.