La Virgen del Rocío ha amanecido este martes entronizada en su paso, marcando el inicio de los días más señalados para los devotos almonteños y los miles de peregrinos que acuden a la aldea en estas fechas. La Patrona de Almonte luce esta vez el histórico conjunto textil conocido como el de las Hermandades, aunque popularmente se le conoce como el de los Apóstoles, una de las vestimentas más emblemáticas de cuantas posee la Blanca Paloma.
Completan el conjunto unas ráfagas de punta de martillo y una media luna de plata sobredorada, elementos que aportan a la imagen un sello visual inconfundible. La Virgen aparece, además, con el cetro y las coronas utilizadas durante su Coronación Canónica en 1919, símbolos que evocan uno de los hitos más recordados en la historia rociera.
El rostro de la Virgen del Rocío se enmarca con el rostrillo donado por el canónigo Muñoz y Pabón, también con motivo de la Coronación Canónica. Esta pieza, de profundo valor sentimental y simbólico, acentúa la dulzura de la expresión de la imagen, captando la atención de quienes se detienen a contemplarla.
El conjunto destaca por el manto que le da nombre, confeccionado entre los años 1951 y 1956 en el Convento de Santa Isabel de Sevilla. Esta pieza fue bordada con hilos de oro fino y seda de distintos colores sobre un tisú de plata, lo que otorga a la imagen un aire de majestad solemne y una riqueza estética que no pasa desapercibida entre los fieles y visitantes.
Además del manto, el resto del conjunto textil fue diseñado por Joaquín Castilla Romero, reconocido por su influencia en la estética devocional de la época. Castilla Romero también ideó la toca que luce la Virgen en esta ocasión. La pieza, que sigue fielmente el diseño original, fue restaurada en el año 2020 por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), recuperando así todo su esplendor para este nuevo Pentecostés.
El exorno floral ha sido diseñado por Mamé de la Vega, que ha apostado por una combinación de calas blancas, orquídeas y flores secas en tonos cálidos. Los ramilletes, colocados con precisión artesanal, se inspiran en el cartel anunciador de la Romería de este año, estableciendo así una continuidad estética que armoniza con el mensaje visual de la festividad.
Uno de los momentos más esperados por los devotos de la Virgen del Rocío
La imagen, vestida y entronizada, representa uno de los momentos más esperados por los rocieros. Su contemplación en el paso remite de inmediato al inminente Pentecostés, cuando la devoción mariana alcanza su máxima expresión y la aldea se convierte en el epicentro espiritual de Andalucía.
Cada detalle de la vestimenta, cada elemento ornamental y cada símbolo recuperado conecta a la Virgen del Rocío con su historia y con los miles de corazones que la aguardan. La elección de este conjunto textil tradicional, cargado de memoria y belleza, confirma una vez más la firme voluntad de Almonte por preservar y poner en valor su patrimonio devocional.
En este amanecer solemne, la Patrona de Almonte se presenta con la fuerza de lo eterno y la emoción de lo que está por llegar. La Virgen ya está en su paso, y con ella, la promesa de un nuevo Pentecostés.