Estuvo insultando y controlando a su mujer durante dos décadas, pero la condena por maltrato es sólo de dos años de cárcel

El tribunal reconoce que los insultos y amenazas se extendían a los hijos, pero no pisará la cárcel si no delinque en dos años

Encendido de velas en una concentración contra la violencia de género.
Encendido de velas en una concentración contra la violencia de género. MANU GARCÍA
01 de diciembre de 2025 a las 13:30h

El Juzgado de lo Penal número 3 de Huelva ha condenado a un hombre a dos años de prisión por ejercer durante dos décadas maltrato psicológico contra su esposa, a la que sometió a insultos, control constante y humillaciones. El tribunal considera probado que llegó incluso a utilizar la ludopatía que ella padecía para desacreditarla ante familiares y amigos.

Según la sentencia, la pareja contrajo matrimonio en 2001 y tuvo cuatro hijos en común. Desde el inicio de la relación, el acusado mostró un comportamiento “controlador, posesivo, dominante y agresivo”, que se prolongó hasta la ruptura en 2021.

El fallo detalla que el condenado imponía su voluntad y reaccionaba con ataques verbales si no era obedecido, profiriendo insultos y realizando gestos intimidatorios. Estas conductas se producían a menudo en presencia de los hijos y en el domicilio familiar.

El juzgado señala que el acusado ejercía un control exhaustivo sobre la vida cotidiana de la víctima, que debía atender sus llamadas y mensajes, limitar su actividad en redes sociales y eliminar fotografías si él lo exigía. Además, utilizaba la adicción al juego de la mujer para menoscabar su autoestima y la culpaba del estado de la vivienda.

La sentencia recoge también que en el hogar se generó un clima de miedo constante. La mujer alertaba a sus hijos para evitar situaciones que pudieran desencadenar reacciones de su marido, cuyo comportamiento hacía que la convivencia se volviera insoportable, especialmente cuando ella no accedía a sus exigencias sexuales.

El tribunal también da por probados los insultos a los hijos

El tribunal reconoce que los insultos y amenazas se extendían a los hijos, en especial a dos de las hijas, llegando incluso a ejercer violencia física en alguna ocasión. Los últimos tres años de convivencia estuvieron marcados por un aumento de la agresividad verbal y del ambiente de terror, agravado por la oposición del acusado a que su esposa trabajara fuera de casa.

Por todo ello, el juez lo declara autor de un delito de violencia psíquica habitual en el ámbito doméstico y le impone, además de los dos años de prisión, la prohibición de tener o portar armas durante cuatro años y una orden de alejamiento y comunicación con la víctima por el mismo periodo. Asimismo, deberá indemnizar con 2.000 euros a cada una de sus hijas. La pena de prisión queda suspendida durante dos años con la condición de que no vuelva a delinquir.

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