La influencer Silvana Rebollo ha utilizado sus redes sociales para hacer público un testimonio personal en el que denuncia haber sido víctima de violencia escolar durante años, una experiencia que, según su relato, marcó de forma profunda su adolescencia y condicionó su vida posterior.
La creadora de contenidos ha explicado que decidió romper el silencio tras recibir reacciones desde su localidad de origen que, lejos de cerrar heridas, han reactivado episodios del pasado.
Un relato de acoso prolongado y salida forzada del pueblo
Rebollo ha señalado que el acoso se produjo en Moguer, su antiguo pueblo, donde asegura que sufrió bullying de manera continuada. En su publicación, explica que “Moguer es mi antiguo pueblo, donde sufrí bullying durante años. El acoso fue tan extremo que terminé yéndome de allí. Algo por lo que, por increíblemente que aparezca, se alegran”.
En su mensaje, también hace referencia a las reacciones generadas tras compartir su experiencia. Según relata, “lo curioso es que, gente que no conozco, con la que no he tenido trato en mi vida, se han dado por aludidas, por algo será. Al mismo tiempo, mucha gente del pueblo también me ha escrito para decirme que tengo razón".
Señalamientos directos y consecuencias en la salud mental
La influencer va más allá y vincula el acoso sufrido a consecuencias graves para su salud mental. En su testimonio afirma que “las que comentaron primero fueron las dos chicas que me hicieron la vida imposible en el instituto, las mismas que tienen la culpa de que yo haya estado en el hospital dos veces por intento suicidio”. Rebollo sostiene que esas experiencias siguen teniendo impacto en su vida actual.
En el mismo mensaje, cuestiona la legitimidad de quienes, según ella, intentan darle lecciones desde el desconocimiento. “Sinceramente que haya gente de mi pueblo que esté intentando darme lecciones de vida cuando no me conocen ni saben por lo que he pasado, la verdad es que no”, expresa, antes de añadir una reflexión sobre el respeto hacia quienes la acosaron: “¿Se supone que yo ahora tengo que respetar a la gente que me ha acosado toda la vida?”.
En su testimonio, Silvana añade además: “Claro luego pasan situaciones como lo de Sandra Peña y todo el mundo habla de empatía, pero cuando le pasa a vuestra compañera o a una persona que conocéis de toda la vida, ahí os parece gracioso”.
Rebollo concluye su testimonio describiendo episodios concretos de su infancia y adolescencia. “Yo de pequeña me pasaba todo el recreo encerrada en el baño porque no podía más y todo eso por hacer vídeos. Tampoco salía por el pueblo, solo salía con mis padres del miedo y de la ansiedad que tenía. Cinco años y me seguís amenazando”, afirma.
