El descenso de las lluvias pone fecha a la desaparición de las marismas de Doñana

Un estudio de la Universidad de Sevilla señala que la pérdida de agua en este ecosistema es significativa y persistente durante el siglo XXI

El caño Guadiamar a su paso por la marisma del mismo nombre, en Doñana.
19 de diciembre de 2025 a las 12:33h

Un estudio de la Universidad de Sevilla alerta de que las marismas de Doñana podrían desaparecer hacia 2086 debido al descenso progresivo de las precipitaciones en esta zona, incluida en el Parque Nacional. La investigación indica que la pérdida de agua en este ecosistema es significativa y persistente durante el siglo XXI.

Según la Universidad, entre los años 2000 y la actualidad, aproximadamente un 15 % del volumen de agua de las marismas se ha perdido. Los datos se han obtenido mediante imágenes de satélite analizadas por un equipo de la institución andaluza, que ha desarrollado un algoritmo basado en aprendizaje automático para monitorear la superficie hídrica con alta precisión.

El sistema empleado utiliza las imágenes del satélite Sentinel-2 de la Agencia Espacial Europea (ESA), lo que permite detectar con exactitud la presencia de agua superficial y el estado de las marismas a lo largo del tiempo. Este método ha sido central para evaluar la evolución hídrica del parque.

El estudio ha sido liderado por Emilio Ramírez Juidias, del Departamento de Ingeniería Gráfica de la Universidad de Sevilla, con la participación de las estudiantes Clara Isabel González López y Paula Romero Beltrán, vinculadas al programa de Altas Capacidades Intelectuales.

Caída de las precipitaciones

Los resultados señalan que la pérdida de agua se debe principalmente a la reducción de las precipitaciones más que al incremento de la temperatura ambiental. Además, el descenso del volumen de las marismas se ha acelerado en los últimos quince años, desde 2010, lo que refleja un agravamiento de la sequía en la región.

El informe contempla distintos escenarios de futuro para las marismas, incluyendo un plazo neutro de desaparición hacia 2086. Otros escenarios plantean tiempos más cortos, de hasta 45 años, o prolongados, de hasta 175 años, dependiendo de la evolución de las precipitaciones y la temperatura en el territorio.

Entre las medidas propuestas para frenar este retroceso se incluyen el cierre de acuíferos, la reducción de la extracción ilegal de agua, la restauración de zonas húmedas degradadas y la planificación hidrológica integrada que conecte acuíferos y planes de gestión del agua. Los investigadores destacan que la tecnología desarrollada permite aplicar estos análisis a otros ecosistemas similares, contribuyendo a una gestión hídrica más sostenible y a la conservación de los recursos naturales.

Sobre el autor

Emilio Cabrera

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