La nueva temporada de Viajando con Chester, Cuatro, ha contado con una invitada cuya historia marcó un antes y un después en la lucha contra la violencia de género en España. Raquel Orantes, hija de Ana Orantes, se sentó junto a Risto Mejide para rememorar el fatídico asesinato de su madre a manos de su padre hace ya 28 años.
Ana Orantes se convirtió en un símbolo de la lucha contra el maltrato después de denunciar públicamente, en un programa de televisión, los 40 años de abusos que sufrió a manos de su marido. Trece días después de aquella desgarradora confesión, su vida fue arrebatada en un acto que conmocionó al país y que impulsó importantes cambios en la legislación sobre violencia de género.
Durante la entrevista, emitida este pasado lunes, Raquel Orantes compartió cómo vivió aquel trágico día y los últimos momentos que pasó junto a su madre. "Ese día mi madre se había levantado muy triste, yo me la encontré por el pasillo y me dijo que no entendía cómo, con unos hijos tan maravillosos, mi padre no nos quería", relató emocionada.
Un presentimiento trágico
Raquel confesó que ese día su madre estaba especialmente sensible, como si presintiera lo que iba a ocurrir. "Ella seguía triste, era muy intuitiva y en mi cabeza siempre queda que ella ese día imaginó que era su final", explicó Orantes. En un gesto que hoy recuerda con nostalgia, Raquel le expresó a su madre cuánto la quería, pero esa fue la última vez que la vio con vida.
Pese al presentimiento, Ana Orantes insistió en que su hija se fuera a trabajar. "Ella se quedaba con mis suegros, y ese día tuve el flash de querer irme con ella a casa y me dijo: 'vete y trabaja'. Ese fue el último momento que la vi con vida", relató, visiblemente emocionada, durante su conversación con Mejide.
El desgarrador testimonio de Raquel Orantes, hija de Ana Orantes
— Viajando con Chester (@Chester_cuatro) May 12, 2025
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El día que todo cambió
El dolor de aquella jornada permanece intacto en la memoria de Raquel Orantes, quien revivió el momento en que se enteró del asesinato. "Llegaba de la librería, había mucha policía y me contaron lo que pasó. Ese día se truncaron nuestras vidas para siempre", lamentó.
Raquel, con un tono firme, calificó el crimen como "el acto de mayor cobardía que se puede hacer con alguien con quien quieres compartir el resto de tu vida y con la madre de tus hijos". Sin embargo, la hija de Ana Orantes también destacó el legado que dejó su madre: "Se acaba el amor y cada uno por su lado, pero él quiso destruirnos a nosotros y tenía que hacer que ella desapareciese para siempre. Pero yo siempre digo que la hizo eterna y gracias a ella se han salvado muchas vidas".
La historia de Ana Orantes sigue siendo un recordatorio latente de la necesidad de combatir la violencia de género, una lucha que, casi tres décadas después, continúa más vigente que nunca.