Granada ha celebrado este jueves una de sus festividades más emblemáticas, el Corpus Christi, con una jornada cargada de solemnidad y tradición en la que ha destacado el esperado regreso de los seises, ausentes durante décadas. Su música y coreografía han devuelto a las calles un símbolo histórico de la festividad, en un ambiente festivo y devoto que ha congregado a gran parte de la ciudadanía en el centro histórico.
Los actos institucionales comenzaron a las 9:45 horas con la reunión de la Corporación Municipal en el Salón de Comisiones del Ayuntamiento. Desde allí se organizó la comitiva oficial, encabezada por la alcaldesa Marifrán Carazo, acompañada del concejal Juan José Ibáñez Martínez —encargado de portar este año el Estandarte Real— y la concejala de Protocolo, Carolina Amate Villanueva. El cortejo ha seguido el protocolo marcado para esta cita, que combina liturgia, representación institucional y tradición.
La formación de la comitiva incluyó la participación del heraldo de la ciudad, maceros, porteros, gastadores del ejército y agentes de la Policía Local vestidos con uniforme de gala. Desde el Ayuntamiento partieron en solemne traslado hacia la Capilla Real, escenario clave en la celebración del Corpus.
"La festividad del Corpus es una de nuestras señas de identidad más queridas", destacó la alcaldesa Carazo durante su intervención. La regidora granadina subrayó la importancia de conservar una tradición que "forma parte del alma de Granada" e invitó a ciudadanos y visitantes a "disfrutar del colorido y la solemnidad" de un día que, según dijo, representa "lo mejor de nuestro patrimonio espiritual y cultural".
Poco después, a las 10:15 horas, el cortejo oficial partió desde la Plaza del Carmen en dirección a la Capilla Real, atravesando las calles Reyes Católicos, Gran Vía y Oficios. La Banda Municipal volvió a sonar para acompañar el recorrido, en un ambiente especialmente emotivo que precedió a la salida de la Custodia del Santísimo desde la Catedral.
Un casco histórico en ebullición
La procesión del Corpus Christi recorrió el casco histórico por su itinerario tradicional, incluyendo puntos emblemáticos como la Plaza de las Pasiegas, Marqués de Gerona, Puerta Real, Plaza de Isabel la Católica, Cárcel Baja, San Jerónimo o la Plaza de la Trinidad. A lo largo del trayecto, el público se congregó para contemplar el paso de las autoridades y la Custodia, en medio de un notable despliegue organizativo y de seguridad.
La representación institucional estuvo compuesta por miembros del Ayuntamiento de Granada, la Soberana Orden de Malta, la Real Maestranza, cuerpos de seguridad del Estado, delegaciones gubernamentales y autoridades eclesiásticas y académicas. Sobre el mediodía, las delegaciones accedieron por la puerta del Perdón a la Catedral para ocupar sus lugares antes del cierre del acto litúrgico por parte del Arzobispo.
Finalmente, hacia las 13:15 horas, la comitiva oficial regresó a la Plaza del Carmen. Allí se celebró el acto de cierre con los honores finales y la entrega solemne del Estandarte Real en el Salón de Comisiones. La alcaldesa cerró la jornada resaltando el carácter colectivo y emocional de la celebración: "El Corpus Christi es un ejemplo de cómo una ciudad puede volcarse con respeto, fe y alegría en sus tradiciones más profundas".
