La Universidad de Granada se ve obligada a pedir a los padres que no acudan a hacer gestiones por sus hijos mayores de edad

El Vicedecanato de Prácticas de la Facultad de Ciencias de la Educación ha informado que no atenderá a padres para las gestiones pertinentes del alumnado

Cartel del Vicedecanato de Prácticas de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UGR.
21 de octubre de 2025 a las 18:45h

Un folio pegado en la puerta del Vicedecanato de Prácticas de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Granada ha encendido el debate en redes sociales. En letras grandes y claras, el cartel avisa de lo siguiente: “El Vicedecanato de Prácticas no atiende a padres. Todo el alumnado matriculado en Prácticas es mayor de edad”.

La imagen, compartida por Daniel Arias, Catedrático de Organización de Empresas de la UGR, se ha viralizado rápidamente. Arias comentaba con ironía que “cuando en la universidad es necesario poner este cartel es que algo está fallando”. Su reflexión ha abierto un intenso debate sobre el papel de los padres en la vida universitaria.

Querido alumno: soluciona tus propios problemas y no mandes a papá y mamá”, añade recordando que la mayoría de edad en España se alcanza a los 18 años. El mensaje ha llamado la atención de algunas personas que no han tardado en posicionarse.

Generación de cristal y padres sobreprotectores

En los comentarios, algunos han criticado a los jóvenes por formar parte de lo que muchos llaman una “generación de cristal”, incapaz de asumir responsabilidades sin el respaldo de sus progenitores. Pero otros han girado el argumento: “De cristal son los padres que ejercen la sobreprotección, no los alumnos que se adaptan a ese contexto que pretende retrasar su madurez sine die”, replicaba un usuario.

Otro internauta apunta que “no es el alumno el que manda al padre, sino el padre el que se entromete y le hace todo al alumno”, poniendo el foco en una paternidad hiperprotectora que, según muchos, ha traspasado los límites incluso en la etapa universitaria.

En cualquier caso, hay jóvenes que no terminan de enfrentarse a la burocracia, y hay padres que no saben dar un paso atrás para que sus hijos ganen autonomía. 

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Patricia Merello

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