La Avenida Cervantes de Granada se ha convertido en el epicentro de una batalla ciudadana que enfrenta a los vecinos con el proyecto de remodelación impulsado por el Ayuntamiento. El plan, que prevé una transformación integral de la zona, incluye la eliminación de hasta 16 árboles, un hecho que ha desatado una ola de protestas y denuncias ante la Fiscalía.
Los residentes no están dispuestos a quedarse de brazos cruzados. Han iniciado una campaña para “amadrinar” los árboles, colocándoles carteles con sus nombres, en un gesto simbólico con el que quieren visibilizar su rechazo a la tala. “No es solo cuestión de estética, son seres vivos que forman parte de nuestro barrio y de nuestra memoria colectiva”, expresan los vecinos a Granada Hoy, que aseguran sentirse ignorados por las instituciones.
La movilización no se queda ahí. Asociaciones vecinales y colectivos ecologistas han puesto el foco en la falta de transparencia del proyecto. Critican que no se haya realizado una evaluación ambiental clara y denuncian que la remodelación prioriza el tráfico y la estética urbana sobre el respeto al patrimonio verde de la ciudad.
El caso llega a la Fiscalía
La tensión ha llegado a tal punto que la Fiscalía de Medio Ambiente ya analiza las quejas presentadas. Los denunciantes sostienen que la tala de ejemplares sanos podría vulnerar la normativa vigente en materia de protección arbórea.
Mientras tanto, el Ayuntamiento defiende que la reforma es necesaria para modernizar la avenida y garantizar la seguridad, pero los residentes insisten en que hay alternativas menos agresivas que permitirían mantener los árboles en pie.
Lejos de apagarse, la polémica crece. Cada vez más granadinos se suman a las concentraciones convocadas en defensa de este pulmón verde, conscientes de que lo que está en juego no son solo los árboles de Cervantes, sino el modelo de ciudad que quieren para el futuro.