Algunos vecinos de Cádiz han perdido la paciencia ante el estado de suciedad generalizado que presenta la ciudad, con un notable deterioro del servicio público de limpieza que reconocen todos los colectivos implicados, incluido el gobierno municipal.
En el entorno de Miramar, junto a la estación ferroviaria de San Severiano, un grupo de vecinos que incluye a mayores y niños ha decidido pasar a la acción. En la tarde de este jueves, último del mes de agosto, se produjo la última "quedada" en el patio de La Milagrosa.
Abuelas y nietos, con padres y madres, se citan cuando la temperatura ya ha bajado y aparecen con sus escobas, fregonas, cubos y detergentes. Durante un buen rato, recorren el patio y las calles que rodean la pequeña hornacina con la imagen religiosa que da nombre al entorno.
"Es que no puede ser, dejan que crezcan las hierbas, aparecen cucarachas, limpian poco y mal, además en una zona con viviendas muy antiguas que tienen problemas de mantenimiento, bueno, como pasa con medio Cádiz", resume Domingo mientras vuelve de la compra con su carro.
"Pasan los meses y nada, así que bajamos nosotros por lo menos dos veces por semana"
En la panadería Joselita, uno de los puntos de reunión del barrio, las vecinas se declaran "hartas de esperar a que esto mejore. Pasan los meses y nada, así que bajamos nosotros, por lo menos dos veces por semana".
"Puede que no sea la solución pero adecentamos un poquito los sitios en los que luego estamos nosotros y nuestros padres, en los que juegan nuestros hijos", asegura Natalia, rodeada de varias de sus compañeras en una cooperativa de limpieza en las instalaciones de Navantia en Cádiz.
Estas actuaciones de higiene comunitaria no son nuevas ni esporádicas. Durante todo el verano se han reproducido con regularidad y han dejado rastro en forma de vídeos en distintas redes sociales. La administración municipal ya conoce el caso.
"Un grupo de vecinos se organiza y autogestiona para limpiar las calles de su barrio ante el abandono institucional. Las calles en las que juegan sus niños, las calles en las que toman el aire, en verano, sus mayores. Lo hacen tras meses reclamando y exigiendo al Ayuntamiento", comenta David de la Cruz, portavoz de Adelante Izquierda Gaditana, en la oposición local.
"En esta ciudad, el equipo de gobierno permite a la empresa que se salte el pliego, no contrate, no traiga la maquinaria necesaria y sancione constantemente a unos trabajadores que se dejan la piel y curran, a diario, con miedo", añade el concejal.
Situaciones como la de Miramar y La Milagrosa no son achacables a la plantilla, según De la Cruz: "Los trabajadores duplican su esfuerzo ante la merma de las jornadas que pagamos con nuestros impuestos".
Para el edil, la situación "no mejora el servicio público ni genera empleo, sólo provoca precariedad y en enriquecimiento empresarial".
"Necesitamos unos servicios públicos dignos. Necesitamos una tasa turística que los refuerce en verano, aún más tras unos meses en los que la ciudad se le ha desbordado al gobierno del Partido Popular. Necesitamos un alcalde y unos concejales que prioricen el bienestar de la gente antes que el de las grandes empresas que tanto se benefician de Cádiz".
Los comercios del centro se suman a las quejas
El malestar por el deficiente servicio municipal de limpieza aparece por toda la ciudad. Las referencias en redes sociales, con imágenes de rincones de cada barrio del casco antiguo y extramuros, son una constante desde hace meses.
Con más formalidad, la asociación Cádiz Centro Comercial Abierto se sumaba esta semana a las quejas con una nota pública enla que habla de calles con mal olor y peor aspecto, recogida irregular de residuos y, en definitiva, un panorama de suciedad que resulta una amenaza para los intereses de sus socios, que espanta a la clientela.
Su portavoz admite que la petición de un refuerzo de la limpieza ha sido atendida de forma inmediata por el Ayuntamiento pero para muchos vecinos de Cádiz estas actuaciones "bajo demanda" no dejan de ser "un parche".
La alameda, "hecha una pena"
Entre los comerciantes más afectados y quejosos están los del entorno de la alameda Clara Campoamor (antes conocida entre los gaditanos como Apodaca).
Los responsables de dos de las terrazas ubicadas en los jardines aseguran que algunos clientes llegan a levantarse ante la presencia de excrementos de aves por todas partes.
"No baldean nunca y cuando lo hacen no consiguen dejar la zona limpia. Con las hojas de los árboles pasa igual, las desplazan, las amontonan pero no las retiran y la primera racha de viento vuelve a llenarlo todo".
Afirman desde ambos establecimientos que las quejas de los usuarios son demasiado frecuentes y el perjuicio de los negocios, notable.
"Es una de las zonas por las que más pasean los gaditanos, los cruceristas, las familias de turistas nacionales y la imagen que da es muy mala, es una pena", resume un trabajador.
"Eso por no hablar del estado de los bancos y del suelo, con roturas por todas partes. Este podría ser uno de los lugares más bonitos de Cádiz para el turismo y está hecho polvo", resumen.