Un gaditano que se independiza por trabajo y amor a una catalana

juankiydebi.jpg
juankiydebi.jpg

Hace más de un año el gaditano Juan Carlos Cruz marchó a visitar a su compañera, Débora Morón y, tras cinco años de desempleo en Cádiz, encontró trabajo en Barcelona.

Sant Sadurní d’Anoia es una pequeña población de Alto Penedés barcelonés que desde hace un año acoge a un gaditano que iba de visita “para unos días”. Se trata de Juan Carlos Cruz, ‘Juanka’, que tras cinco años en desempleo en Cádiz, viajó hasta casa de su compañera Debora Morón y allí no le ha faltado el trabajo. “Soy Licenciado en ADE, decidí buscar trabajo en esta zona y en dos días tenía varias entrevistas y un empleo”, comenta el joven gaditano que piensa con ilusión que la experiencia que está adquiriendo le sirva para tener una oportunidad en su tierra. Por su parte, la joven catalana relata que eso mismo pensaron sus abuelos, cuando emigraron hasta Cataluña e hicieron su vida allí. No obstante, según cuenta con mucho arte llevan en las venas la cultura andaluza, “con tres añitos tenía mi traje de flamenca, escuchaba coplas y veía a mi padre preparar el gazpacho en un lebrillo con la llegada del calor”.

Abandonar la tierra por parte de Juanka no fue nada fácil, “me costó decidirme, incluso rechacé oportunidades laborales”. “Es duro estar lejos de la familia, de nuestra gente y de nuestra cultura”, se lamenta el gaditano que agradece la figura de su compañera y su familia las facilidades para que su adaptación fuera más rápida. Eso sí, no puede reprimirse al recordar esas cosas que echa de menos como estar dentro de un local de ensayo, un ‘horquillaso’, un domingo de Carranza o “simplemente saludar a gente por las calles del barrio”.

Los camerinos del Falla

El Carnaval lo llevan en la sangre. El pasado año Débora debutó en las tablas del Teatro Falla como corista y, toda vez que el veneno ya está dentro, volvería a repetir todos los momentos que se viven siendo partícipe por los camerinos del Falla. Algo que echa de menos en demasía Juanka que recuerda con emoción “los nervios de antes de actuaciones; encontrarte con los buenos amigos; o los ‘mejunjes’ para aclarar la voz”. 

Sin embargo, este año lo han vivido el Concurso de Agrupaciones de un modo distinto. Pendientes en su “palquito de honor del sofá de casa”, pero con “con nervios por si falla internet”. “Se vive con rabia ver cómo llega el ambiente a Cádiz con la erizada, los ensayos generales o el concurso y tener la intriga de no saber si cada año podrás estar unos días en Cádiz”, lamenta Débora a pesar de que este año sí tuvieron la oportunidad de estar unos días durante el Carnaval.  

Aunque reconocen no haber cantado nunca un cuplé en catalán, porque “perdería la gracia”, ambos se han sentido identificado con varias coplas que se han cantado en el Concurso, sintiendo “rabia al igual que tristeza”.

Tópicos andaluces

Fiesta aparte, entrando en términos de más enjundia, tal y como está la situación en Cataluña es bueno saber qué piensan de los gaditanos y, por extensión, de los andaluces. Cruz sostiene que son muchos los gaditanos y andaluces residentes por culpa de la falta de trabajo. “Al igual que hay muchos tópicos para los andaluces que son falsos o no tan verdaderos, en su inmensa mayoría, los catalanes no son como los pintan”, comenta. Presume ir siempre con orgullo el ser de Cádiz, del acento y de las raíces, de las que no reniega.

Desde el punto de vista de una catalana, nieta de emigrantes, sostiene que los andaluces “caen muy bien”, pero sí reconoce que hay desconocimiento sobre lo que realmente es Andalucía.  “Andalucía no es sólo fiesta y rascarse la barriga, ni somos unos catetos por tener nuestro acento”, reflexiona la joven que se dedica a la educación y comenta que “se cree que a los estudiantes andaluces se les regala todo y que se ata a los perros con chorizo”.

Juan Carlos le pide a los gobernantes andaluces que tengan presentes a los muchos andaluces emigrantes, “que trabajen para que los andaluces podamos ganarnos la vida dignamente en nuestra tierra”. Débora resalta que es una “pena” ver cómo la juventud tiene que irse de su tierra “obligados ante la falta de oportunidades y no tener la posibilidad de construirse un futuro”. “Se está repitiendo la historia de mis abuelos por lo que se demuestra que no hemos aprendido nada en cincuenta años”, critica con cierta vehemencia porque sus abuelos viven “con la rabia de haber tenido que marchar porque los gobernantes no han cuidado a la gente de allí”. La joven piensa que es ella quien más ha heredado ese sentimiento andaluz dentro de su familia y se siente la “rara” por ser “la catalana allí (Cádiz) y la andaluza aquí (Barcelona)”.

Independencia en los medios

Sobre el sentimiento de independencia catalán, el gaditano sostiene que es más lo que se ve por la televisión que lo que se vive en la gente de Cataluña, “ese debate tan intenso que se ve por los medios, no forma parte de la vida diaria de la población”. Similar es el punto de vista de la catalana que, además, pone como ejemplo que ha sabido “después de años”, que algunas amigas suyas eran independentistas.

El sentimiento por lo gaditano inunda las venas de ambos que enumeran cosas que, sí pudieran, se llevarían a Cataluña. “Me traería a Cádiz entero, con nuestra gente, nuestras calles, nuestras playas, nuestro carnaval, nuestra Semana Santa”, comenta con guasa ‘gadita’ que si se juntaran todos los emigrantes podrían independizarse para crear una “Andalucía 2”. Débora lo ve desde otro punto de vista y lo que le gustaría es adueñarse de la alegría de vivir: “allí se vive, aquí se trabaja”.  

Por otro lado, con aspecto constructivo de Cataluña entienden que se podría importar a Cádiz las infraestructuras, las competitividad y las comunicaciones. “Aquí las distancias entre vivienda y trabajo, por ejemplo, son normalmente grandes y la verdad es que digno de agradecer la variedad de transporte público”. Añade Débora la industria, así como la implicación y el coraje “para conseguir lo que cada uno quiere”. “En Cádiz creo que falta ambición”, concluye la catalana.

Como no tenía bastante con ser del Cádiz, Juanka es colchonero y, de momento, vive bien en Barcelona puesto que “la guerrilla es con el Madrid”, incluso señala Débora que alguna que otra vez le han parado por la calle cuando va con camisetas rojiblancas.

El amor y el trabajo han hecho a estos dos andaluces -uno de nacimiento, otra de corazón- independizarse para conseguir labrarse una vida juntos, esperando, algún día, volver a la tierra y no tener que dar –como reza un pasodoble- “el caminito más largo y más triste de sus vidas”.

Sobre el autor:

50230521_2946413002050844_6003407305259876352_n

Luis Rossi

...saber más sobre el autor

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído