Un amor políticamente correcto

Teresa Rodríguez a José María González: “Te amo, cariño, lo digo al mundo sin complejos de ningún tipo”.

En el Día Internacional de la Tolerancia la ONU recuerda que "luchar contra la intolerancia exige soluciones locales". En este sentido, la organización alude a que "los problemas que nos afectan son cada vez más globales pero las soluciones pueden ser locales, casi individuales". Y en ese "casi indidivduales", se puede enmarcar un comentario que ha hecho público  la parlamentaria de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez. La gaditana se baja del escaño para mostrar el amor que profesa, no solo por el alcalde de Cádiz, José María González, sino también por el gaditano Kichi. Y lo ha hecho quizás cansada de todos los comentarios que dicen faltar a la verdad, tras utilizar una publicación en redes sociales de otra personas que precisamente hace la valoración contraria. “Lo voy a publicar yo porque sé que él no va hacerlo”, arranca la disertación virtual de Teresa Rodríguez, exponiendo el caso de una señora que agradece públicamente al alcalde. El comentario compartido en redes sociales narra cómo encontraron un losillo –en Cádiz a las baldosas se le llaman losillo-  levantado y fueron a colocarlo bien.

Al día siguiente, hallaron en el mismo lugar a una persona enchaqueta haciendo el mismo trabajo cívico con “sus manos negras como nosotras”, según reza el comentario, colocando bien el losillo en cuestión. Este gesto para la persona que realiza el comentario, es una forma de escenificar “la humanidad de este señor”, llenándola de orgullo “de saber que existen personas” que, a pesar del cargo, “se agachan y mete las manos para arreglar” la baldosa.

Este comentario, este gesto, ha sido utilizado por la parlamentaria, pareja del regidor gaditano, como punta de lanza para hacer un recordatorio de, según dice, las difamaciones que ha tenido que soportar. “Sé que mucha gente no se lo cree, pero sigue cobrando lo mismo que antes de esta enorme responsabilidad que ha asumido”, argumentando que, además, realiza “la donación el 40 por ciento de su sueldo como político a entidades sociales”.

Sobre su supuesta marcha a otra vivienda, Rodríguez es tajante y le da un toque de humor “sigue viviendo en el mismo bajo de la Viña de 40 metros cuadrado”, y añade, “conmigo claro”, descartando que se haya mudado a “Valdelagrana o a Puerto Real”. En cuanto al sambenito que se le atribuye de no haber trabajado anteriormente a su tomar posesión como alcalde, la parlamentaria incide en que lleva trabajando “desde los 18 de hamaquero en la playa, descargando cajas de pescado congelado, de camarero, de profesor interino cinco años dando vueltas por Andalucía (desde Albox a Algeciras pasando por Luque o Motril)”, para luego “con plaza en propiedad desde hace ocho años cogiendo de nuevo la maleta para ir a trabajar entre otros lugares a Tabernas”.

En cuanto a la dedicación diaria del regidor, Teresa alude a los casos en los que no tiene tanta visibilidad y que van muy en relación a lo que comenta la publicación, motivo del escrito de la líder de Podemos:  “Lo conozco, lo he visto preocupado día a día, porque lo he visto apilando cartones que alguien descuidadamente ha dejado en medio de la calle”. Se enorgullece de verlo “cada día asumiendo la responsabilidad más grande de su vida”, detallando “por amor a su patria”, y especificando, “que es su ciudad”. “Conozco y vivo a diario el peso de la responsabilidad que lleva sobre los hombros y que le ha cambiado la vida... y no a mejor”, continúa la misiva, “conozco también el entusiasmo de levantarse siempre con las ganas intactas de mejorar las cosas”.

Esta carta ha suscitado multitud de comentarios en las redes sociales, la mayoría de ellos mostrando el apoyo al regidor por su actitud, aunque muchos también con criticando algo que otro aspecto, más allá del hecho en sí. Finalmente, la carta se descubre como una declaración de amor directa entre dos ciudadanos, dejando algún lado tanto el Parlamento como el Ayuntamiento. “Te amo, cariño, y lo grito al mundo sin complejos de ningún tipo”, escribe Teresa Rodríguez, animando a José María González a seguir con su labor en el cargo: “Sigue adelante, corre, vuela, tú puedes hacerlo, estoy segura de eso, y si te caes alguna vez, estaremos muchos para levantarte”. El final, amén de seguir con el momento de apoyo, también deja entrever de una manera sutil, las formas y maneras de la gente del pueblo, más allá del cargo que ambos representas: “Adelante cariño, por Cadi”.