Santiago Moreno, historiador: "El carnaval de la II República fue más libre, aunque hubo una leve censura, como sobre Casas Viejas"

El gaditano presenta un libro sobre la fiesta en el periodo del 32 al 36. La agrupación de los frailes no pudo cantar con el tipo en la calle, pero su director lo acabaría pagando con su vida tras el Golpe del 36. "Era un carnaval de clase obrera, de autodidactas"

Murga 'Los Pichis musicales', con autoría de Antonio Girón y Antonio Clavaín, 1933. Propiedad de Manuel Clavaín.

Al historiador gaditano Santiago Moreno Tello le faltaba algo tras hacer años atrás su tesis doctoral sobre la represión franquista al carnaval, y era plasmar en profundidad mucho de lo que había visto sobre la II República. Años de mayor libertad que en los previos de la llamada Dictablanda, y mayor también que en los negros años del franquismo, cuando incluso fue prohibido y no se le dejó usar su nombre sino el de las Fiestas Típicas Gaditanas. Advierte que "menos censura, pero había censura" en la II República.

Los republicanos fueron cinco carnavales, del 32 al 36. Y como siempre fue el carnaval, tiene ese aspecto de periodismo gaditano, de eso de que sirva para eso de tomar el pulso a la sociedad. La historiografía es hoy posible a pesar de que "en el Archivo Municipal ha sobrevivido muy poco, la mayor parte está en manos privadas", pero en los últimos años, esas familias han comenzado a divulgar el material con el que cuentan, "con una mentalidad abierta de compartir".

"Fueron carnavales muy libres cuando ves las letras que cantaban. Había cierto control, pero se abrió más la mano". Fruto de ello es el incremento de agrupaciones inscritas en 1932. Entonces, había que inscribirse fuera a cantarse en concursos -en el actual Teatro del Títere- o en la calle. No había entonces eso de ilegales, porque las que no concursaban también tenían que comunicarlo a las autoridades. "En 1932 ya surge una agrupación, el coro Dantón o Los Libertadores Franceses, que hace un homenaje a la República Francesa pero desde la Española".

Las diferencias con el carnaval actual, más allá de las luces, tipos de talonario o internet, se encuentra en que "es un carnaval de clase obrera" en todos sus sentidos, un carnaval más popular, de aquellos tiempos previos a las universidades públicas. "La burguesía gaditana no participaba tampoco. Así, había una visión progresista de la sociedad en sus letras, de personas autodidactas".

Asimismo, sirven estas coplas para comprender lo que vendría después, con la recuperación de las Fiestas Típicas. "En los 50 se nota un bajón educativo. En la República había una leve censura, de temas políticos. Pero había críticas generalizadas a gobiernos municipales y nacionales, o mofas contra el Clero. Todo eso va a desaparecer en los 50". En aquellos carnavales posteriores se engalana repertorios con piropos a Cádiz. "También había en la II República, tangos y pasodobles de saludo a la ciudad", pero se incrementará ante la imposibilidad de llevarlo a la crítica.

El investigador Santiago Moreno Tello. FOTO: FANI ESCORIZA

De aquella censura "las coplas del 32 se regían por la Ley de Defensa, y en el 33, por la de Orden Público. No sabemos a ciencia cierta quiénes fueron los censores, pero podemos aseverar que serían funcionarios. Se eliminaba lo que no interesaba al Gobierno de turno. Se nota en el asunto de Casas Viejas. Ahí se implicó el censor". No hubo cambios cuando entró la derecha en el poder de la II República. "La apertura en comparación con lo anterior y posterior seguía siendo grande".

En aquel entonces, el caranval vino organizado por el Ayuntamiento, desde finales del XIX. En los tiempos de Primo de Rivera llegó a no organizarse. "El principal cambio de la República es que se organiza y se da estabilidad". Son carnavales de eventos en San Antonio, exornos por las calles, bandas de música, bailes de máscaras para la burguesía. "Lo que se potencia y desaparecerá es el concurso de comparsa". Moreno aclara: "Entonces, comparsa era toda agrupación, ya fueran coros, chirigotas o murgas, no hay que confundirlo con la modalidad de comparsas", que nació de la mano de Paco Alba algunos años más tarde.

Tristemente, la agrupación que más sufrió la censura en aquellos tiempos sería El Frailazo y sus tragabuches. "Pasó la censura, pero la derecha más recalcitrante hizo tanta presión sobre gobernador y Ayuntamiento que les prohibieron salir a las calles vestidos de frailes. Sabemos gracias a los que eran niños entonces que se vestían y se lo quitaban cuando aparecían los guardias municipales", señala Moreno. Esa agrupación fue duramente represaliada llegado el golpe y su director, asesinado. "Otro autor de coros y chirigotas, Juan Ragel, fue detenido y posteriormente fusilado el 19 de diciembre del 36, pero nunca se ha encontrado su cuerpo".

En aquellos años ya salían antepasados de figuras actuales del carnaval, como "Los Carapapas, que tocaba la caja, o los Poce", y empezaban en el carnaval otros nombres que llegarían más tarde, como "el caso de Fletilla, que ya salía", o del autor Antonio Clavaín.

Estas investigaciones mantiene su reflejo en las visitas guiadas por Cádiz de 1d3milhistorias, donde el propio Moreno y el autor de coros Francis Sevilla Pecci dan paseos con música a grupos, aunque ahora con la actividad paralizada por el covid.

El libro Las coplas del carnaval en Cádiz durante la Segunda República (1932-1936), de Editorial UCA, puede adquirirse aquí​.

Archivado en: