La brisa marinera acaricia los rostros de dos personas que mantienen viva la llama del amor. En la playa de La Caleta, en plena orilla, a la mítica imagen de postal gaditana, se suma un arco de flores. Es un día especial para Rafaela Benítez Gallego, de 77 años, y Emilio González Delgado, de 75.
Ella, natural de Alcalá de los Gazules, y él, oriundo del barrio del Mentidero de Cádiz, se miran bajo un sol agradable en este lugar donde han celebrado sus bodas de oro junto a sus familiares y amigos.
Nunca olvidarán el fin de semana del 3 al 5, momento en el que la capital fue testigo del cariño que la pareja conserva. Ella trabajó como auxiliar en la clínica San Rafael hasta el día de su casamiento y él siempre ha formado parte del personal de El Corte Inglés. El 6 de febrero de 1973 Emilio y Rafaela se casaron y empezaron una vida juntos. Dieron a luz a Emilio González, su primer hijo, y tras unos años en la tierra de él se marcharon a Barcelona en busca de trabajo.
En la ciudad catalana, nació Isabel, que junto a su hermano, ha querido regalar una gran sorpresa a sus padres en la tierra que tuvieron que dejar en busca de un futuro mejor. "Cuando yo tenía dos años, nos fuimos de Barcelona a Málaga porque abrió un nuevo centro comercial de El Corte Inglés y, desde entonces, vivimos aquí", dice la hija desde la provincia vecina.
"Nos hemos criado en La Caleta"
Cada verano, la familia al completo viaja a Cádiz, donde guardan bonitos recuerdos. "Mi padre pescaba y siempre cuenta cuando jugaba por las piedras o se tiraba por el puente cuando era pequeño. La Caleta es donde nos hemos criado y representa para nosotros el origen, donde empezó todo", cuenta Isabel a lavozdelsur.es.
Emilio lleva media vida viviendo en Málaga, pero es "el típico amante loco de su tierra" que la echa de menos a diario. "Mi padre añora mucho su ciudad, incluso llora, siempre está hablando de Carnaval. Él nos ha enseñado a amar y a querer a Cádiz", expresa Isabel emocionada.
Y qué mejor sitio para celebrar sus 50 años de casados que en esta playa que no pisaban desde antes de la pandemia. Sus hijos les invitaron a pasar el fin de semana en Cádiz como regalo de Reyes Magos. "Fue una sorpresa total, ellos sabían que íbamos a celebrar su aniversario pero en ningún momento sabían lo que íbamos a hacer, les fuimos engañando hasta última hora", explica.
Cuando Emilio y Rafaela llegaron a La Caleta, disfrutaron de un emotivo encuentro con su gente, "un homenaje" en el que sus nietas les dedicaron unas palabras y Andrés Cruz, de la comparsa Los Cleriguillos, entonó el pasodoble Recuerdo que era mayo. "Ellos siempre dicen que esa es su canción", comenta.
Ella, con una copia del ramo de flores que llevó aquel febrero del 73, y él, ataviado con un elegante sombrero, vivieron "un día cargado de detalles" que culminó con una comilona en familia y un buen trozo de tarta nupcial.
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