Hace ya una década que Pablo Simón Cosano (Arnedo, La Rioja, 1985) es uno de los politólogos más prestigiosos de España, tanto por su labor docente y su papel de editor en la web especializada Politikón como, sobre todo, por su constante presencia en las tertulias de radio y televisión.
Su figura llamó la atención de numerosos medios tras doctorarse en Ciencias Políticas por la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona y ejercer como investigador en la Universidad Libre de Bruselas. Su rostro se hizo pronto familiar en las pantallas de muchos hogares españoles.
Es difícil que alguna persona en España, seguidora de ese tipo de foros públicos, no le haya visto alguna vez. También es complicado que los miles de seguidores del carnaval callejero no se hayan cruzado con este politólogo pero disfrazado, en otro formato muy distinto.
Pablo Simón es un enamorado del romancero. Probó hace ya varios años con propuestas como El politóloco (2023) o Son rimas y lágrimas (2024). La experiencia fue todo un éxito y se ha convertido en un fijo.
Su cartelón, su puntero y su versos rimados en consonante volverán a verse este próximo carnaval, en la edición 2026 que comienza el viernes 13 de febrero con la celebración de la gran final del Concurso Oficial de Agrupaciones (COAC).
En esta próxima ocasión, su romancero se titulará El algoritmo y será una sátira sobre la enorme influencia de las redes sociales y la inteligencia artificial en los medios de comunicación y la ciudadanía en general.
El vínculo de Simón con la fiesta es natural y viene casi de nacimiento. Su madre es nacida en Puerto Real y sus visitas a la Bahía de Cádiz han sido constantes desde su primera infancia. De ahí al carnaval, un paso.
"Siempre he seguido el carnaval, desde que lo hacía con los vídeos VHS grabados de Canal Sur" hasta la atención actual. "Sigo las preliminares desde que arrancan y es genial porque es como ver un torneo de champions. Ves la evolución y lo disfrutas".
En intervenciones públicas durante estos años en la provincia de Cádiz, Simón ha destacado la buena acogida que tiene entre otras grandes figuras del carnaval callejero. "Te encuentras con Ana Magallanes, con los de Airón o los del Perchero y son muy cariñosos. Es gente a la que sigo hace años".
Pese a ser aficionado desde siempre, su faceta de romancero tiene un origen particular: "Aposté con unos amigos que si sacaba plaza de titular en la universidad, si me convertía en funcionario, me animaba a hacer un romancero. La saqué y tuve que cumplir lo apostado".
Con naturalidad y paciencia: "Es superadictivo"
En esta nueva vida carnavalesca, los aficionados valoran mucho que utilice su acento natural, marcadamente castellano o mesetario, sin forzar ningún acercamiento impostado al habla de Cádiz.
Simón admitía en una presentación literaria en Cádiz que empezó en el romancero con nervios y dudas pero "le vas cogiendo el tranquillo, te vas relajando, ya no hablas a todo correr, interactúas con la gente, aprendes a ver las calles y las horas que mejor funcionan".
El resultado es que Cádiz cuenta con un nuevo romancero fijo cada año: "Es superadictivo y ya no te quitas el veneno de encima. Siempre que pueda, saldré y lo haré con gusto". En 2026, El algoritmo.
