El flamenco está de luto tras la muerte de José Luis Cáceres, conocido artísticamente como Selu de Cádiz, a los 65 años de edad como consecuencia de una enfermedad. Natural de la capital gaditana, había nacido en 1960 y dedicó toda su vida al arte jondo, dejando una huella imborrable en peñas, escenarios y festivales.
Su trayectoria comenzó en 1975, cuando empezó a participar en concursos de cantes por alegrías, tientos y bulerías. En 1984 representó a Cádiz en la Bienal de Sevilla y en el Festival Internacional del Cante de las Minas en La Unión, en la provincia de Murcia. Con el paso de los años, consolidó un estilo propio que le abrió las puertas de circuitos internacionales en países como Francia, Italia e Inglaterra, además de apariciones en programas televisivos especializados en flamenco.
Una carrera marcada por reconocimientos
A lo largo de su carrera cosechó importantes premios y distinciones. En 1998 logró dos primeros premios por alegrías, uno en Cádiz y otro en San Fernando, y recibió la insignia de oro de la Cátedra de Flamencología. Compartió escenario con figuras como Aurora Vargas o Pansequito y participó en la presentación del disco Soy Gitano de Camarón de la Isla, uno de los hitos de la historia del flamenco. También formó parte de espectáculos colectivos como Passión Flamenca, consolidándose como un referente del cante.
El pasado mes de febrero, Selu recibió un homenaje multitudinario organizado por las peñas flamencas y la Cofradía del Nazareno de Cádiz, de la que era fervoroso devoto. El acto tuvo lugar en la sede de la Peña La Perla, donde el propio cantaor interpretó dos temas ante un público que llenaba la sala en un emotivo reconocimiento en vida.
La Cofradía del Nazareno ha expresado su dolor con palabras cargadas de sentimiento: "Selu de Cádiz ya le canta al Señor desde el Cielo. En la última Peregrinación, le rezó con el alma al Nazareno… y se despidió en silencio. Se va un cantaor de los de verdad. Devoto silencioso, de los que miraban al Greñúo con lágrimas que no se ven. Hoy Santa María llora en compás por uno de los suyos. Descansa en paz". El legado de Selu de Cádiz permanece en las peñas y escenarios donde compartió su voz, su estilo y su pasión por el cante.



