Una trabajadora y su hija de 10 años, a la calle en Cádiz por rebelarse contra la infravivienda

Susana Carmona y su hija de diez años esperan el desahucio tras negarse a pagar el alquiler por el ruinoso estado de su piso en el barrio de Santa María

Susana Carmona se derrumba entre lágrimas en el portal de la finca en la que vive en Cádiz.
Susana Carmona se derrumba entre lágrimas en el portal de la finca en la que vive en Cádiz. GERMÁN MESA

El caso de Susana Carmona, y su hija de diez años, desahuciadas de su piso en la calle Suárez de Salazar 11 de Cádiz hace coincidir dos de los conflictos sociales más extendidos en la ciudad. Uno parece antiguo y el otro novedoso pero coinciden en el tiempo. Son la infravivienda y la pobreza laboral.

El primero, la vivienda indigna, parece sonar a pasado. Junta de Andalucía y Ayuntamiento de Cádiz se pusieron de acuerdo, de forma insólita, en la primera década del siglo XXI para impulsar, financiar, agilizar y culminar la reforma de varias decenas de fincas en deplorables condiciones en barrios como el de Susana, Santa María. Parecía una demanda resuelta. Sin embargo, aún quedan demasiados edificios vetustos y ruinosos en estas zonas. Este episodio lo demuestra.

La afectada muestra una carpeta con fotos del deterioro y los desperfectos en su vivienda   GERMÁN MESA
La afectada muestra una carpeta con fotos del deterioro y los desperfectos en su vivienda.  GERMÁN MESA

En segundo término, la pobreza laboral impide a la afectada buscar alternativas, otro piso de alquiler. Limpiadora de colegios públicos (Campo del Sur y San Felipe Neri), su sueldo de 900 euros le impide cerrar un arrendamiento en el mercado libre. La gran mayoría exige avales de imposible resolución y supera los 700 euros: "Es casi el 90% de mi sueldo, no puedo dejar a mi hija sin comer, tengo que pagar la luz, el agua...". Al tener trabajo y salario estable, además de su actual situación como inquilina, queda fuera de numerosas ayudas públicas, como el pago de suministros o la recepción de subsidios. Incumple los requisitos porque es pobre en la vida real pero no en la administrativa. Para las instituciones figura como una asalariada que vive de alquiler y no necesita auxilio.

Un año y medio de lucha y espera

El conflicto que ha provocado que este martes 16 de mayo recogiera sus enseres y los agrupara en el patio, a la espera del desahucio anunciado, se agravó hace año y medio. En diciembre de 2021 "se cayó una cornisa de la cocina" y fue el colmo. La vivienda ya tenía "agujeros" por caída de cascotes y "grietas", "manchas de humedad por todas partes" y goteras que han tenido que contener con paraguas en el suelo. Varios de los incidentes fueron confirmados incluso con presencia policial, los desperfectos nunca han sido resueltos por la propiedad.

piso cadiz infravivienda
Roturas en un techo.   GERMÁN MESA
Algunos enseres de la afectada, a la espera de un desahucio que no se produjo este martes.    GERMÁN MESA
Algunos enseres de la afectada, a la espera de un desahucio que no se produjo este martes.   GERMÁN MESA

"Por más que hemos pedido y pedido ayuda, que hemos dado avisos, nada de nada". La finca de Suárez de Salazar 11 entera es un ejemplo vigente de infravivienda. Por fisuras y orificios entran "todo tipo de bichos, cucarachas como caballos y el local de la planta baja, cerrado hace 18 años, está lleno de ratas". Los desconchones y los huecos son visibles en pasillos y escaleras. La situación se agrava según se acerca el observador a la azotea. También se acumulan en las habitaciones del piso del que ahora expulsan a Susana Carmona, en el piso ubicado como 3ºA.

"No puedo pagar por un piso en el que no se puede vivir porque no lo quieren arreglar. Mi hija está en tratamiento por los efectos de las humedades"

Esta situación de deterioro y falta de reparaciones llevó a la desahuciada a dejar de pagar el alquiler de 350 euros mensuales: "Si a los demás no les duele el dinero, a mí sí. No puedo pagar por un piso en el que no se puede vivir porque no lo quieren arreglar. Mi hija está en tratamiento por los efectos que le provocan las humedades". La propiedad, según la versión de la afectada, no ha querido saber nada de reparaciones, mantenimiento ni compensaciones durante más de tres años. Cuando el impago del alquiler ha cumplido 18 meses ha llegado la orden de desahucio.

Desperfectos en una de las viviendas de la finca del barrio de Santa María.    GERMÁN MESA
Desperfectos en una de las viviendas de la finca del barrio de Santa María.   GERMÁN MESA

El desahucio tenía que ejecutarse este martes 16 de mayo pero funcionarios y policías no llegaron a la hora anunciada, las diez de la mañana: "Dicen que hay mucho lío y retraso con las huelgas de funcionarios. Pero yo no puedo quedarme así, con las cosas en el patio a ver si vienen o no vienen". Entre la oscuridad del patio y la grisura de la finca resaltan, como la niña de rojo en La lista de Schindler, tres rosas imponentes, perfectamente envueltas y recién florecidas.

Las alternativas, pocas y frustrantes

El destino de Susana Carmona y su hija es una pensión en la calle Soledad de Cádiz, muy próxima al Gran Teatro Falla. Allí habrá de pernoctar y vivir con su hija "pero la niña tiene miedo, necesita atención psicológica, no quiere ir". Por ahora, no hay alternativa. La desahuciada lamenta lo que considera falta de ayuda y respuesta por parte de la administración municipal: "En Procasa me dicen que busque algo. El alcalde me dijo que hay más de 4.000 solicitantes de vivienda pública y que hasta con mil euros podrían ayudarme con un arrendamiento. Pero esas mensualidades para el alquiler luego se retrasan, tardan la vida, y te quedas desamparado. Cuando se acaba el periodo de ayuda, además, no puedes afrontar sola lo que te cuesta ese piso al mes. Sólo me dicen que busque y busque, pero no hay nada que pueda pagar. Otra solución que me dan es que me vaya a San Fernando. Solo pido una vivienda digna que pueda pagar".

Mientras espera la solución queda la resolución. El desahucio es cuestión de horas. Hasta diez personas, amigos, vecinos y compañeras de trabajo han acudido a acompañar a Susana Carmona en un trance que finalmente no se ha producido, que se ha aplazado. Quizás al miércoles, o al jueves, la huelga dirá. Los reunidos alternan debate decepcionado por la falta de ayuda con momentos de lágrimas, emoción y desesperación de la afectada.

El corro pasa la mañana ante la finca ruinosa de Suárez de Salazar 11 y la expulsada tiene el uniforme de trabajo puesto. Dos símbolos de dos conflictos muy presentes en los barrios más populares de Cádiz: infravivienda y pobreza laboral.

Sobre el autor:

Afot

José Landi

Nacido en Cádiz, en 1968. Inicia su trayectoria en 1990. Columnista, editorialista, redactor, colaborador, corresponsal o jefe de área en 'El Periódico de la Bahía de Cádiz', 'Cádiz Información', 'Marca', 'El Mundo' y 'La Voz de Cádiz'. Ha colaborado en magacines o integrado tertulias de Canal Sur Radio, Cadena SER, Canal Sur Televisión, Onda Cero y COPE. Premio Paco Navarro de la Asociación de la Prensa de Cádiz en 1997 y 2012 (a título colectivo). Premio Andalucía 2008 a la mejor labor en internet (colectivo). Ganador del I Premio de Relatos Café de Levante. Autor de la obra de autoficción ("no sabía que existiera ese género", dice) 'Ya vendrán tiempos peores' (Editorial Cazador, 2016). Puso en marcha el proyecto de periodismo gastronómico 'Gurmé Cádiz' y mantuvo durante diez años blog como 'El Obélix de San Félix' y 'L'Obeli'. Forma parte del equipo que realiza el 'podcast' de divagación cinematográfica 'A mitad de sala'.

...saber más sobre el autor

Archivado en:

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído