El misterio del bolardo volante de Veedor desvela la intención de reabrir al tráfico calles peatonales de Cádiz

El obstáculo desapareció, y reapareció, el 31 de julio pero volvió a eliminarse días antes de que el alcalde anunciara, este viernes, la reapertura de la vía al tráfico contra de la opinión de vecinos y comerciantes

La calle Veedor de Cádiz, con un coche pese a estar cerrada al tráfico, en una imagen publicada en redes sociales este verano.

El pasado 31 de julio, el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Cádiz desmentía que hubiera retirado de forma permanente un bolardo que cerraba al tráfico la peatonal calle Veedor (la que conecta la plaza de San Antonio, con su atestado aparcamiento subterráneo, y la plaza del Mentidero).

"Tras las acusaciones de Adelante Izquierda Gaditana", decía una nota oficial entonces, la Alcaldía respondió que "no se ha abierto al tráfico la calle Veedor". La eliminación del obstáculo que impide el paso de automóviles tenía como causa momentánea "una evacuación", sin especificar de qué tipo. 

La contestación formal terminaba con un anuncio: "El bolardo va a ser repuesto con la máxima brevedad". Y así fue. Hasta este pasado martes 31 de octubre cuando, también sin avisar, el bolardo desapareció. En la práctica, la calle quedaba abierta al tráfico de vehículos. Esto último es lo que aseguran hosteleros y vecinos.

Plaza de San Antonio, con el aparcamiento y la única salida para vehículos hasta ahora, a la derecha, por la calle Zaragoza.

Lo más llamativo del asombroso caso del bolardo de quita y pon es que el pasado viernes, tras la Junta de Gobierno Local, el alcalde Bruno García de León anunciaba que la calle iba a ser reabierta al tráfico. El bolardo no va a volver. Acaba en el almacén.

Durante su explicación de este viernes, en la que nunca se refirió al amago del último día de julio, el alcalde aseguró que vecinos, taxistas, transportistas o servicios de emergencias han solicitado reiteradamente la reapertura.

El alcalde alega peticiones de taxistas, repartidores, vecinos y comerciantes para reabrir al tráfico pero otros residentes, hosteleros y padres de alumnos rechazan la medida

Entre las justificaciones, añadió la complicación de hacer "un giro de 90 grados" para salir de San Antonio bien a través de la calle Cervantes, bien a través de Benjumeda. También aludió a los frecuentes atascos en San Antonio, incluso en la calle Buenos Aires, por la dificultad de los vehículos para salir de la plaza por una sóla vía (calle Zaragoza), con la alternativa de Veedor cerrada.

Con la reapertura, el tráfico puede dividirse ahora entre los que toman esas esquinas (Cervantes o Benjumeda, por Zaragoza) o los que llegan por Veedor hasta el Mentidero y giran por la calle San Dimas, también con sus 90 grados, para continuar hasta Santa Rosalía.

Al margen de estudios técnicos (las delegaciones de Tráfico y Policía Local han avalado la reapertura de Veedor), hay un conflicto ideológico al fondo. El equipo de Gobierno anterior, con el primer teniente de alcalde Martín Vila al frente, aplicó un plan de cierre al tráfico de distintas calles (Veedor entre ellas) dentro de un proyecto para eliminar tráfico del casco antiguo.

En el imaginario colectivo, las peatonalizaciones son obra de Kichi y los suyos, un sello de sus ocho años de mandato. Reabrirlas al tráfico puede entenderse, por tanto, como una declaración de intenciones políticas del Partido Popular en Cádiz.

Si taxistas, sobre todo, repartidores y algunos vecinos querían ver de nuevo Veedor con coches y furgonetas, hay otros colectivos que lamentan la reapertura. Algunos hosteleros y residentes en esa vía afirman que es un paso atrás.

"Nuestra opinión es que parece mejor la calle peatonal", señalan Cristina y Natalia Bernárdez, propietarias de La Parra de Veedor. "No hay aceras y va a volver a ser un lío de coches pitando, furgonetas descargando pegadas a la pared, lo que había antes", defiende Manuel Sánchez Velázquez, que lleva "63 años viviendo en Veedor".

Un elemento esencial agrava el debate entre las dos partes: la presencia de un colegio de Infantil y Primaria en la zona. Es el Carlos III. Está ubicado en la esquina de la vía que va de Mentidero a Parque Genovés.

La presencia de este centro siempre fue un argumento a favor de la eliminación del tráfico en calles adyacentes, como Veedor. El argumento de la seguridad de los escolares y sus familias a la salida o entrada aparecía en primer lugar. De hecho, Bruno García tuvo una mención para ellos durante el anuncio de la reapertura y aseguró que "su seguridad está controlada" porque la velocidad en la zona (Veedor y Mentidero) quedará limitada a 20 kilómetros por hora.

La vicepresidenta de la Asociación de Madres y Padres (AMPA) del colegio, Macarena Medina, lamentaba este lunes en Radio Cádiz-Cadena SER que la reapertura haya sido "una medida unilateral", cuando hace meses que las familias de escolares y el Ayuntamiento "mantenían conversaciones" en las que el AMPA habría "dado alternativas muy viables" a la reapertura al tráfico.

En el apartado de los rechazos previsibles, La Zancada, Asociación Gaditana de Peatones, se ha manifestado igualmente en contra: "Abren de nuevo al tráfico la calle Veedor. Más humo, más ruido, más incomodidad para los peatones y, por supuesto, mayor riesgo de atropello. Este es el modelo del nuevo Gobierno local: los coches primero".

Adelante Izquierda Gaditana, formación política que impulsó la peatonalización de varias vías, como Veedor, coincide con esta oposición vecinal: "Lamentamos gran paso atrás en seguridad y movilidad que supone".

Su portavoz, David de la Cruz, cree que este tipo de medidas «aleja a Cádiz del modelo urbano europeo y empuja a la ciudad a ser cada vez más contaminante, más ruidosa y más incómoda».

El concejal recordaba en su queja el episodio de verano, la desaparición efímera del bolardo el 31 de julio: "El PP estaba intentando colar por la puerta de atrás la peatonalización de la calle Veedor y del lateral de la plaza Fragela. Entonces dijeron que era circunstancial, pero mintieron. Ahora vemos cómo se confirma que intentaron hacerlo y, como hubo cierto revuelo, tuvieron que posponer la decisión».

La preocupación de la oposición municipal, de colectivos como La Zancada o de otras asociaciones de padres es que Veedor sea solo el primer paso de varias reaperturas al tráfico: «Es un camino preocupante y que conecta, directamente, con el negacionismo del cambio climático del PP más antiguo, más extremo y que con más fuerza se posiciona en contra de los grandes avances sociales, urbanos y medioambientales», concluye De la Cruz.

 

 

 

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