Un mes, de cuatro y pico, con un solo puente en Cádiz: "Te apañas y ya está, la tortura es aparcar"

Vecinos, conductores e instituciones valoran la adaptación forzosa al cierre por obras del puente Carranza, aunque el nuevo viaducto ha pasado a soportar hasta 60.000 vehículos al día, el doble que antes

Las imágenes en el puente este miércoles revelan la complejidad de la obra, una reconstrucción parcial.

El concierto de viento al aire libre cumple un mes de celebración diaria, con descanso en festivos y fines de semana. El recital de silbato, con una hora de duración aproximada, es la banda sonora para varios miles de vecinos de Cádiz que viven en las avenidas de Las Cortes, de la Bahía y Huelva desde hace 30 días.

Los pitidos de la Policía Local, a la que el Ayuntamiento agradece el esfuerzo tras unos años de distancia entre ambas instituciones, acompañan el desayuno de todos los que viven a menos de 300 metros de la rotonda que une el puente de la Constitución de 1812 con la ciudad de Cádiz.

En ese punto, cada mañana entre las 8.00 y las 9.00 horas, principalmente, los funcionarios agilizan a golpe de pulmón, con los brazos como aspas, la entrada de vehículos en la ciudad. Es el momento de máxima tensión, casi el único.

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Operarios trabajan en el puente Carranza para su recostrucción parcial.   JUAN CARLOS TORO

El viaducto nuevo, que está a unos meses de cumplir nueve años desde su inauguración, el que se denomina popularmente como "segundo", se ha convertido en el único. Ha quedado como una de las dos conexiones terrestres de la ciudad con la Península. La otra es la autovía CA-33 con San Fernando.

La previsión inicial es que la situación dure cuatro meses, aunque el Ayuntamiento de Cádiz deja caer que pueden ser más. "Nosotros tenemos la misma información que los ciudadanos pero la obra es muy compleja, es casi reconstruir el puente Carranza, construir un minipuente. Son unos trabajos muy complicados, con la única grúa en España capaz de hacer esos trabajos", dice un miembro del equipo de gobierno local.

Con esas palabras anuncia que "cualquier dificultad técnica, un retraso en un suministro, puede hacer que la fecha se alargue". Si esa es la sensación de los que están dentro, los de fuera pueden prepararse para cuatro meses y pico, para cinco o para más.

Esos que viven las consecuencias de la obra sin conocerla ni acercarse son los miles de conductores de toda la Bahía de Cádiz, sobre todo, y vecinos de barrios como Astilleros y La Paz.

Ellos, los que viven en Puerto Real, El Puerto, San Fernando, Chiclana o Jerez son los que se enfrentan a los días que vienen después de que el puente José León de Carranza fuese cerrado para las mayores obras de reforma y mantenimiento desde que entrara en funcionamiento (octubre de 1969), con la sustitución del ya célebre vano número 30. En términos coloquiales, un tramo entero del puente, tanto la plataforma de superficie como la sustentación.

La clausura del viejo puente se produjo hace justamente un mes, minutos antes de las 21 horas del domingo 17 de marzo. En ese momento arrancaba el plan de la Subdelegación del Gobierno en la provincia, a petición del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible.

La Policía Local regula el tráfico en la rotonda del único puente, zona de mayor atasco en días laborables.  JUAN CARLOS TORO
 

José Manuel Verdulla, concejal de Movilidad en el Ayuntamiento gaditano, hacía balance este martes, en la víspera del primer mes. Fija en "60.000 los vehículos que de media diaria cruzan el puente Constitución de 1812 desde el cierre del Carranza", declaraba a Radio Cádiz.

Esta cifra supone duplicar la media diaria que se registraba hasta el inicio de las obras, cuando la conexión terrestre de Cádiz y la provincia contaba con dos puentes. En esa situación anterior, la media fijada por la Dirección General de Tráfico en el segundo puente oscilaba entre 25.000 y 30.000 motos, turismos, camionetas y camiones.

Los registros se refieren, en todos los casos, antes y ahora, a días laborables. Precisamente, los traslados para trabajar o ir a clase son los que provocan el momento de máxima incomodidad.

A pesar de esta sobrecarga, el edil y la Subdelegación de Tráfico han insistido en este mes transcurrido en la ausencia de incidentes y accidentes, salvo el pasado sábado 13 de abril, cuando coincidieron sobre el viaducto un accidente múltiple, un rodaje cinematográfico y el incremento de afluencia por el Cádiz-Barça. "Fueron unas horas complicadas", admite Verdulla.

Lucía Rondón es madre trabajadora y cada mañana sale del Río San Pedro para llevar a sus hijos al colegio, en Cádiz, y luego incorporarse al trabajo, en hostelería: "Los primeros días fueron más complicados pero a partir del tercero y el cuarto, la verdad es que noto pocos problemas. Se tarda unos cinco, diez minutos más en el desplazamiento. Antes salíamos para el colegio a las ocho y media. Desde el corte del puente, salimos de casa a las ocho y cuarto".

Los trabajos en el Carranza este 17 de abril. Incluyen la retirada, demolición y sustitución de tramos completos.   JUAN CARLOS TORO

Su compañera Isabel García también entra cada día desde Puerto Real, también en coche, y comparte la sensación cuando se encuentran en La Carnicería de Cádiz: "Ese es momento de mayor problema, al entrar en Cádiz por la mañana, a las 8 de la mañana, más o menos". "El tráfico se hace más lento en la hora de los colegios, por entendernos, los coches van despacito pero quitando unos minutos en la rotonda, es muy raro que tengas que parar el coche del todo. Los restantes viajes que hago, de entrada o salida, a otra hora, otros días, son normales, como antes", dice.

Adrián Páez, célebre hostelero y comparsista de tronío, se ahorra esos minutos cada día porque vive en el mismo barrio en el que trabaja: "¿Un mes hace ya del corte del otro puente? ¿De verdad? Increíble. Yo no he notado nada más que hay más coches cuando vas a cruzar, andando, las avenidas de El Corte Inglés [Las Cortes y Huelva]. La gente se quejaba más los primeros días pero parece que se ha acostumbrado rápido".

Encarnación González, abuela y vecina de la colindante zona de San Severiano, también aporta el punto de vista del peatón: "Yo llevo y recojo a mis nietos del colegio, aquí en Villoslada (avenida de Huelva). Es verdad que se notan muchos más coches y te da un poco de miedo cruzar en los semáforos porque la gente va mosqueada con el atasco. Pero bueno, antes del corte del puente había muchos menos coches pero iban más rápido. No sabe una con qué quedarse".

Esa suave resignación es confirmada y celebrada por el concejal Verdulla que agradece a los ciudadanos "la paciencia, la adaptación". Aunque cuando las preguntas se hacen en otros lugares de la ciudad, más lejanas a la rotonda del segundo puente, la comprensión baja algunos grados.

El Ayuntamiento de Cádiz advierte ya del probable retraso en la reapertura del puente Carranza por la complejidad de las obras, en la práctica una reconstrucción parcial

José Miguel Sánchez es vecino de la Barriada de la Paz, su tarea de funcionario le hace desplazarse cada día desde el extremo sur de la Barriada de la Paz (el más cercano al estadio Nuevo Mirandilla, por ubicar domicilio) hasta el centro de Cádiz.

"Los primeros días se formó un poco de taco pero luego la situación es parecida a la que había si quitamos el agobio de la rotonda de El Corte Inglés, que dura un par de ratos largos al día. Los atascos en la carretera industrial [avenida de Astilleros] también duran más, es más lento entrar o salir en coche por la mañana temprano o sobre las tres de la tarde. El resto sigue normal, como antes".

Obras en el puente Carranza.  JUAN CARLOS TORO

 

Ana Gómez Planas, pareja del anterior, da la clave para el detallado estudio de ambos: "Sabemos lo que hay porque lo vemos cada día desde la acera y al cruzar. Nosotros vamos andando, en horarios diferentes. En Cádiz es una locura coger el coche, hasta la moto, para ir al centro".

"Con puente cerrado o sin puente cerrado hace tiempo que muchos sabemos que se tarda menos, se va mejor, andando. En todo caso, si tienes bulla, coges el autobús, te metes hacia la avenida nueva [Sanidad Pública] o la avenida de siempre y allí hay poco lío".

Ignacio González es comercial farmacéutico. Trabaja a diario con coche de empresa y tiene que trasladarse constantemente entre municipios de la Bahía: "Los viernes es cuando veo más atasco a las 15 horas. Sobre todo porque la gente se echa a la derecha para hacer la raqueta, en la rotonda de entrada desde el puente nuevo y ahí se forman grandes colas".

Este profesional coincide, sin saberlo, con una de las recomendaciones que hizo el Ayuntamiento de Cádiz en las primeras horas del cierre del Carranza: "Aunque vayas hacia la zona de Puertatierra al entrar en Cádiz, es mejor seguir hasta la rotonda de los bomberos por la avenida de Las Cortes, como su fueras para el centro, y luego girar a la izquierda, subir, por la avenida de la Guardia Civil hacia el soterramiento".

"Parece más largo y complicado pero la fila de coches se mueve más rápido que si coges semáforos en la rotonda y tiras para avenida de Huelva". Al hablar de tiempos de desplazamiento, ha notado que "algunos días te retrasas 15 minutos respecto a lo de antes, sobre todo al entrar por la mañana en Cádiz o en sentido salida a partir de las dos, las tres de la tarde".

Javier Torre vive en El Puerto de Santa María, es técnico electrónico y trabaja en Cádiz. Al ser preguntado por la situación tras el cierre del puente Carranza insiste en una problemática que la mitad de los encuestados también menciona, pese a ser paralela, anterior y posterior, a las obras en el viaducto cerrado: "El problema de verdad es que no hay cómo aparcar. Los que tenemos que usar el coche por necesidad no sabemos ya qué hacer. No sólo es que sea carísimo, es que es imposible, es una tortura. A Cádiz le falta mucho aparcamiento alrededor del casco antiguo para los que venimos a trabajar, a comprar, para los que vienen de visita. Es un desastre".

Respecto al tráfico por las obras en el puente Carranza, es algo más comprensivo: "Una vez que te adaptas se nota poco. Los primeros días fue un engorro. Algunas veces llegué a tardar casi media hora más en entrar pero a la semana la cosa se normalizó bastante. Tienes que calcular que echas unos diez o quince minutos más que antes y poco más. Para volver a El Puerto, si no es alrededor de las tres de la tarde, no hay ningún problema, no se nota nada".

El experimento por obras puede dejar cambios permanentes en la circulación en el segundo puente

El concejal del Ayuntamiento de Cádiz José Manuel Verdulla admite que la Policía Local y la Delegación de Movilidad que dirige están aprendiendo mucho de la situación actual. El "regreso al punto de partida", como lo calificó el alcalde Bruno García, de vivir con un solo puente (la situación existente hasta septiembre de 2015) permite observar posibles cambios y novedades en la regulación del tráfico dentro de la ciudad de Cádiz. "Los estamos estudiando, los estamos observando pero aún no quiero adelantar nada porque serán los técnicos los que decidan", afirma Verdulla. La posibilidad de desviar el tráfico hacia vías de entrada que se han descubierto como más ágiles (avenida de la Guardia Civil) podría ser una de ellas aunque habrá que esperar al final de las obras, a mediados de julio en el mejor de los casos, para comprobarlo.

La reapertura del puente Carranza –bien avanzado el verano, incluso en su tramo final– será también el momento de recuperar las mejoras en la seguridad de la rotonda de conexión del puente Constitución de 1812 y Cádiz. Ahora el tráfico es muy lento, está regulado por la Policía Local y la incidencia de accidentes graves es muy baja aunque crezca la probabilidad de choques leves por alcance. Cuando los trazados y las conexiones entre la Bahía y Cádiz vuelvan a su configuración habitual llegará el momento de revisar la seguridad de una zona que registró, el 9 de octubre de 2023, el peor accidente de tráfico en la ciudad de Cádiz en lo que va de siglo.

Inicio de la curva en la que se registró el accidente del 9 de octubre, desde el segundo puente.  JUAN CARLOS TORO

Ese día, un autobús con los frenos rotos cuando descendía por el puente se cobró cuatro vidas de peatones que caminaban por la acera de la avenida de Las Cortes o esperaban para cruzar un semáforo. La entrada en Cádiz por el puente Constitución 1812, a través de una rotonda, está ahora colapsada pero cuando acaben las obras recuperará fluidez y, por tanto, velocidad media. En la práctica, presenta un formato de autopista con pendiente de descenso muy acusada que desemboca sin tramos intermedios ni transiciones (sí existen en el antiguo puente Carranza) en un entramado urbano, en un callejero común, en una avenida como tantas. De cien a cero en apenas 30 metros.

El alcalde Bruno García de León y el anterior subdelegado José Antonio Pacheco llegaron a declarar en las semanas posteriores al accidente que los técnicos de ambas administraciones estudiaban mejoras de seguridad en la zona y familiares de las víctimas las reclamaron en un acto de homenaje público. "Desde el primer momento estamos en contacto con la Subdelegación del Gobierno. Ese contacto existe y va a existir", aseguraba el regidor. El objetivo es "revisar, actualizar y mejorar ese acceso. Por supuesto que ese trabajo se va a hacer, sin duda alguna. Lo estamos haciendo ya". La situación actual del tráfico en los accesos terrestres a la ciudad de Cádiz impide aplicar esos cambios en la actualidad pero cuando la normalidad retorne habrá pasado casi un año de la tragedia, tiempo suficiente para aplicar algunas medidas preventivas y de seguridad recomendadas por los expertos de los gobiernos estatal y municipal.

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