Tras su actuación en el estadio Nuevo Mirandilla, donde ofreció un espectáculo lleno de energía, Jennifer López decidió disfrutar de una cena en uno de los lugares más emblemáticos de la provincia de Cádiz. La artista internacional, conocida por su carisma y presencia escénica, eligió el restaurante El Ventorrillo El Chato, situado entre San Fernando y la capital gaditana, para relajarse y conocer de cerca la gastronomía de la zona.
La visita no pasó desapercibida. El establecimiento compartió su entusiasmo en redes sociales al recibir a una estrella de su talla. Además de su éxito musical, lo que más ha sorprendido a muchos ha sido la imponente presencia de la artista. Ha llamado mucho la atención lo alta que se veía Jennifer López, han comentado algunos usuarios, a pesar de que mide 1,64 metros.
Un lugar con historia y tradición
Desde la dirección del restaurante, la reacción fue de auténtica admiración. Esther Beltrán, esposa del propietario José Manuel Córdoba, expresó su agradecimiento por la elección: “Jennifer López tiene todo nuestro amor porque nos escogió anoche como restaurante para cenar. Solo puedo decir que es una mujer encantadora, simpatiquísima, cercana y, cómo no, bellísima como un ángel”. El gesto de la cantante ha sido recibido con orgullo y emoción por parte del equipo del local.
El Ventorrillo El Chato no es un restaurante cualquiera. Fundado en 1780, nació como refugio para caminantes en el antiguo espigón que unía Cádiz con la Isla. Su historia está envuelta en relatos que combinan hechos y leyendas, como la presencia de una batería de cañones durante el sitio de Cádiz en 1812, cuando las tropas francesas rodeaban la ciudad.
Según se cuenta, fue fundado por autorización del Conde O'Reilly y gestionado por Chano García, apodado “El Chato” por su prominente nariz. Durante el turbulento año de 1823, cuando las Cortes del Reino mantenían bajo arresto al rey Fernando VII, se decía que el monarca solía visitar la venta acompañado de un peculiar personaje conocido como Fray Manzanilla.
La visita de Jennifer López ha devuelto al Ventorrillo del Chato parte de ese brillo histórico, conectando pasado y presente en una noche especial. Aunque breve, su paso por Chiclana y Cádiz ha dejado huella, reforzando una vez más el vínculo entre las grandes figuras del espectáculo y la riqueza cultural del sur de España.
