El carnaval de Cádiz estrena conservatorio para su tradición única: "O era en serio o no lo hacíamos"

Grupos de alumnos de 8 a 13 años inauguran con ilusión la primera escuela permanente con dotación material, instalaciones nuevas y un profesorado profesional de la docencia y el arte, además de figuras de la fiesta

Uno de los docentes imparte clase este jueves, durante la primera semana del primer curso.
25 de octubre de 2025 a las 08:00h
Actualizado a 26 de octubre de 2025 a las 10:49h

Un precioso pasodoble de Manuel Sánchez Alba, Noly, sugería guardar en una cajita las mejores cosas de la ciudad de Cádiz para los chirigoteros, los adoradores del carnaval, en general.

Ahí cabían de un "te quiero" a un trozo de muralla. Aquella letra primorosa, con música conmovedora, podría tener una adaptación ahora, en 2025, casi tres décadas después de su estreno.

Al figurado cofre de las maravillas podría sumarse una escuela de carnaval, la primera permanente que abre en la ciudad de Cádiz para tratar de preservar y difundir entre las nuevas generaciones las claves de una tradición única en el mundo. Carnavales hay muchos, incluso mayores y mejores. Como el gaditano, con la palabra en el centro hace siglos, ninguno.

Un grupo de alumnos llega, este jueves, a la Casa del Carnaval para las clases.  REYNA

Para conservar, nada mejor que un conservatorio. Esa estructura tiene la escuela de carnaval que comenzaba su histórico primer curso esta penúltima semana de octubre. 

Los descreídos y cínicos podrán pensar que se trata de un pasatiempo para niños que aspiran a ser estrellas del espectáculo machacón en el que se ha convertido el carnaval –como casi todo– tras la llegada de televisión, internet y redes sociales.

Los que se molesten en acercarse y conocer sin prejuicios descubrirán un centro educativo que se parece mucho a los mejores de cualquier otra especialidad.

Notable alto en material e instalaciones

Claustro profesional, preparado, ilusionado, todo el material necesario a estrenar. Guitarras, bandurrias, laúdes, bombos, cajas, enormes pantallas en un par de aulas amplias y diáfanas más un pequeño auditorio para las prácticas en un semisótano "sin molestar a los vecinos, sobre todo con las clases de percusión".

La sede es la Casa del Carnaval, el rehabilitado palacio de los Marqueses de Recaño colindante a la Torre Tavira, en la zona más alta de la ciudad para poner su tradición bien arriba.

El primer curso arranca con dos bloques de edades distintas que reciben clases por las tardes, a modo de extraescolar pero de las serias. Esto es formación de primera sobre una pasión, como hay otras, un añadido educativo y voluntario a la obligación.

Cada grupo tiene diez alumnos como máximo para garantizar la calidad de la formación.  REYNA

Para empezar, en el curso fundacional 2025-2026, hay dos tramos de edad. Uno tiene alumnos de 8 a 10 años. Otro de 11 a 13. Hay tres grupos con diez alumnos cada uno de esos niveles. Los pequeños, lunes, martes y miércoles de 17 a 19 horas. Los mayores, son lunes, miércoles y jueves a las mismas horas.

El ambiente de entrada a las clases confirma que es una escuela de veras. Corrillos nerviosos y activos que se convierten en filas cuando los profesores aparecen y saludan. Mochilas e instrumentos a la espalda. Miradas nerviosas de algunos, que son los primeros días.

La visita a las primeras clases desprende dos sensaciones: ilusión y seriedad. "Esto va en serio, como cualquier otra formación. Se lo dijimos a los organizadores: o es en serio o no lo hacemos. Por hablar en términos de carnaval, para hacer un churrete no venimos", resume el coordinador de los docentes, Álvaro Pérez.

Recuerda el responsable del profesorado que hay un precedente, el programa Carnaval en la escuela que tenía su exhibición en el Falla "pero a partir de la pandemia se cortó. Era un proyecto bonito de unos meses en cada colegio. Arrancó sobre 2005 gracias una idea de la Universidad de Cádiz con Luis Rivero y Germán García".

Más allá de ese recuerdo, más o menos informal y festivo, con alumnos de edades muy bajas, pocas iniciativas de formación ha tenido el carnaval de Cádiz. Otros grandes carnavales del mundo –los alemanes, italianos, canarios, caribeños, brasileños, suramericanos– "hace muchos años que tienen escuelas en algunas de las ciudades con más tradición y más peso".

En Cádiz estaba pendiente y tras unos talleres preparatorios durante meses, hasta el pasado verano, a modo de ensayo general, con algunos alumnos interesados, arranca la primera escuela de la gran tradición local. "Queríamos que los que vinieran estuvieran realmente interesados".

"Es un proyecto a largo plazo, muy ambicioso. Este primer año es introductorio y todos los niños que vienen aquí van a aprender de todo. Estarán las distintas modalidades, distintos instrumentos, distintas facetas de la interpretación. El curso próximo, según los intereses de cada uno, llegarán las especializaciones".

La escuela arranca con dos aulas, un auditorio para prácticas y buena dotación material.  REYNA

El conjunto de asignaturas permite recordar la profunda riqueza del carnaval gaditano. Hay pulso, con la guitarra como epicentro, y púa, con el aprendizaje de dos instrumentos medievales (bandurria y laúd) en peligro de extinción salvo en los coros de Cádiz. También percusión, dividida principalmente en bombo y caja.

"Los alumnos, con mayoría de niñas, llegan más interesados en la caja pero muchos descubren el bombo y les gusta mucho", detalla Álvaro Pérez.

Otro de los grandes bloques de asignaturas tiene que ver con la interpretación y el canto. "La interpretación afecta más al cuarteto y al romancero". Está cercana a una formación teatral, con vocalización, gestualización, control de la pausa, el énfasis "y volcado en la comedia, claro".

Gago, Miguel Moreno, Chicho, Vera Luque, Palomar o Elena Grosso están entre "decenas" de figuras que colaboran con un claustro formado por dos coordinadores y seis tutores

Como otras tantas disciplinas artísticas o deportivas, la formación carnavalesca gaditana tiene positivos efectos secundarios: "Por ejemplo, hemos visto que las chicas o los chavales con más problemas de timidez, con dificultad para hablar en público, reciben estas técnicas como una ayuda para otras facetas".

El coordinador, como el resto del profesorado, ha recibido con sincera alegría que muchos de los chavales se interesen "por las modalidades que están más amenazadas, las que tienen menos relevo. Digamos que las más minoritarias como bandurria, laúd y romancero".

Donde los docentes se han encontrado más reticencia de los alumnos es "la escritura de letra, en los talleres de autoría. Hemos visto que son para niños más mayores. A los más pequeños les cuesta un poco más".

Cuatro de los ocho docentes, a la derecha, tras la presentación del proyecto en el Ayuntamiento.

La creación de letras también está dividida en dos grandes áreas, la autoría de comedia y las más líricas. Es decir, cuplés, letras de chirigotas, romanceros y cuartetos por un lado con los pasodobles, los tangos y otras piezas de nostalgia, tributo, crítica o piropo, por otro.

En cada modalidad se hace énfasis en la pieza clave: la parodia en el cuarteto, el cuplé en la chirigota, tango y pasodoble en coro y comparsa. El apartado musical también contempla con mimo las características de cada modalidad. Ningún elemento de la fiesta gaditana queda fuera del temario.

"Los profesores tienen que ser gente del carnaval pero siempre con formación pedagógica. El carnaval es pasión y afición pero aquí también es profesionalidad educativa"

Además de lo que puede realizarse cara al público, en un escenario o en la calle, la escuela también contempla diversas áreas de estudio sobre trabajos que se realizan antes de la actuación. Hay "unidades" –según el vocabulario académico– de carácter más técnico: desde el maquilaje y hasta la artesanía para la construcción de piezas muy diversas 

Los grupos pequeños son premeditados. Para que la información y la motivación lleguen se ha optado por clases de diez alumnos como máximo. "Imagínate un taller de canto, de guitarra o púa con 40 niños, directamente no podría ser", matiza una profesora recién incorporada para empezar las clases en pocos minutos.

Profesorado profesional con lujosos refuerzos

El profesorado es una de las piezas esenciales en cualquier proyecto educativo. "Cada grupo tiene su tutor y después entran los especialistas".

Por ejemplo, cuando toca el cuarteto, además del docente, una semana viene Figueroa, otra Gago, Miguel Moreno, Chicho, Morera, Iván Romero. Vera Luque va a venir para la chirigota, Piru, David Palomar, Tomate, Luis Rivero, Elena Grosso, Antifaz de Oro y una referencia de la bandurria durante 30 años... Son decenas los que han querido colaborar. Se han volcado".

Todos los docentes tienen formación en Pedagogía además de pasión por la fiesta.  REYNA

Este primer curso abarca, como casi todos los de cualquier formato académico, desde este otoño hasta junio. "Este inicio es genérico, hacemos un recorrido por todo, como si fueran asignaturas troncales, generales, y más adelante llegará la especialización según el interés de cada alumno. También tenemos previsto abrir los cursos a los adultos".

El claustro estable que coordinan Álvaro Pérez y David Medina está formado por seis tutores como Verónica Sánchez, Mario Rodríguez, Javi Gallardo, Inés Sánchez, Marta Ortiz y Roberto Gómez.

Todos los tutores tienen formación pedagógica universitaria, todos con experiencia en Educación Secundaria. En el grupo docente también hay actrices, músicos y maquilladores profesionales. 

"Tienen que ser especialistas y gente del carnaval, pero siempre con formación pedagógica. El carnaval es popular, tiene que tener pasión y afición pero aquí también es profesionalidad educativa".

"No hay aprobados ni suspensos. No pensamos en que estos chavales irán al Falla o triunfarán en una esquina. Esa no es nuestra intención. Aquí no cambia nada que eso suceda o no"

El objetivo, a largo plazo, no está en el Gran Teatro Falla ni en los premios del Concurso, ni siquiera en el triunfo en las esquinas con una callejera: "No pensamos en eso. Queremos formar a aficionados capaces de ser autores e intérpretes sin ningún otro objetivo académico".

Una maqueta del Gran Teatro Falla en la planta por debajo de las aulas, en la Casa del Carnaval.  REYNA

"No hay aprobados ni suspensos. No pensamos en que estos chavales se subirán al escenario del Falla en 15 años, o triunfarán en una esquina de La Viña o San Lorenzo. Pasará o no pasará pero esa no es nuestra intención. Aquí no cambia nada que eso suceda o no".

"Nuestra ilusión y nuestra ambición es que conozcan bien la fiesta, la tradición, que disfruten y defiendan lo suyo. Si luego sale de aquí un buen guitarra o un buen intérprete, orgullo para vosotros y una alegría para esa persona pero no es un objetivo".

Sobre el autor

José Landi

Ver biografía