El nuevo gobierno local de Cádiz, gobernado con mayoría absoluta por Bruno García León, ya tiene un primer objetivo: revisar el cambio de nombre del estadio del Cádiz Club de Fútbol, de propiedad municipal, para que pueda volver a llamarse Carranza o Ramón de Carranza, como fue conocido desde su inauguración en 1955 hasta 2021.
Así lo ha anunciado el número dos de la lista que ha recibido el rotundo respaldo electoral este domingo 28 de mayo, José Manuel Cossi. El que también fuera aspìrante a encabezar la candidatura ha asegurado en una entrevista a 7TV que es partidario de "respetar la opinión de la mayoría".
Nombres de cachondeo
Inmediatamente incluyó la adversativa: "Pero el proceso de cambio de nombre del estadio fue controvertido", en referencia a la baja participación que se produjo después de que, en una primera encuesta popular, se colaran todo tipo de propuestas absurdas, irónicas o humorísticas hace justamente dos años, en junio de 2021. Tanta fue la broma que entre los nombres más votados para sustituir a la denominación de la etapa franquista estaban "Francisco Franco" o "Santiago Abascal".
En la segunda consulta, ya con mayor control de participación, el número de votos fue bajo. Hasta el punto de que ganó Nuevo Mirandilla, la actual denominación, como la más votada entre 1.270 participaciones individuales.
Cossi asegura que el proceso de cambio de nombre fue "controvertido" y propone reabrirlo "si entre los aficionados hay inquietud"
Ramón de Carranza fue alcalde de la ciudad de Cádiz en dos etapas: 1927-1931 y 1936-1937. Dejó el cargo por fallecimiento y su hijo, José León de Carranza, también sería alcalde durante la dictadura franquista.
Cossi mantiene, 96 horas después de la convocatoria electoral que ha dado la Alcaldía a Bruno García, que "si hay inquietud" entre los ciudadanos y los aficionados al equipo puede retomarse "un expediente", con lo que admite que el proceso puede reabrirse tras el ruido causado hace dos años.
Asegura el concejal del PP que es partidario del "cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica" que impediría el mantenimiento del nombre de un representante franquista pero introduce una salvedad sin explicación jurídica: que si una nueva votación propiciara que vuelva a llamarse Carranza o Ramón de Carranza "estaríamos encantados".
Comentarios (1)