El Plan de Reposición del Viario Urbano y Alcorques de Cádiz, iniciado a finales de abril, ya ha completado el 50% de su ejecución, según ha informado el Ayuntamiento. Este proyecto busca “corregir graves deficiencias en aceras y calles de distintos barrios, ocasionadas por la falta de mantenimiento en los últimos años”, señala el Ayuntamiento en un comunicado.
La intervención, con un presupuesto de 1.004.390,97 euros y un plazo estimado de seis meses, está siendo ejecutada por la empresa Ingeniería, Obras y Tecnología Europea. El objetivo es actuar en puntos clave de la ciudad para mejorar la accesibilidad, la seguridad y la imagen del entorno urbano.
Calles ya reformadas y próximas actuaciones
Entre las actuaciones ya finalizadas se encuentran el acerado de la Avenida de Andalucía, junto al solar del antiguo Gobierno Civil, y la calle Amiel, en el tramo comprendido entre las avenidas de Guadalquivir y de la Bahía. Esta misma semana concluirán los trabajos en la calle Rafael Picardo O’Leary, cuya intervención fue ampliada debido al deterioro detectado.
Durante el mes de agosto, las obras continúan en la calle Arillo y en la Plaza de Asdrúbal, con previsión de finalizar ambas intervenciones a finales de mes. El plan avanza a buen ritmo, según fuentes municipales, y se espera mantener el cronograma previsto.
Mejoras en más zonas de Cádiz
Las próximas intervenciones contempladas incluyen la zona de carga y descarga de la calle Brasil, la avenida Cayetano del Toro frente a la Plaza de la Habana, y el tramo de esta misma vía entre Alonso Cano y Marconi. También está programada la reforma de la calle José Cadalso, entre la avenida de Perú y la calle Barbate.
Otras calles que se beneficiarán del plan son Arco de los Blanco, Rosario Cepeda entre Sacramento y Benjumeda, así como el aparcamiento de carga y descarga del mercado de San José. Además, habrá mejoras en la calle Vea Murguía(entre Navas y Veedor, y entre Adolfo de Castro y Alameda) y en Capataz Manuel Pájaro.
Con esta actuación, el Ayuntamiento de Cádiz subraya que responde “a las demandas históricas de los vecinos, que han visto cómo en los últimos años el estado de calles y aceras se ha ido degradando hasta niveles preocupantes”. El consistorio destaca que este plan no solo busca reparar infraestructuras deterioradas, sino también “mejorar la calidad de vida en los barrios, apostando por una ciudad más accesible, segura y cuidada”.
