Durante décadas, los vertederos formaban parte del paisaje de muchos municipios andaluces. Lugares situados en las afueras, convertidos en focos de acumulación de residuos sin control ni garantías ambientales. Ese escenario comienza a desaparecer: Andalucía está clausurando esos espacios y transformándolos en terrenos seguros y restaurados, dentro de una estrategia de gestión sostenible de residuos.
La Junta de Andalucía ha puesto en marcha un plan de sellado y recuperación de antiguos vertederos con una inversión de más de 20 millones de euros, financiados a través de Fondos FEDER dentro del Plan Integral de Residuos de Andalucía (PIREC 2030). El objetivo: recuperar suelos degradados, prevenir la contaminación y cumplir con la normativa europea en materia de economía circular.
“Cerrar un vertedero no es solo tapar una herida ambiental. Es un compromiso firme con el presente y el futuro de los municipios afectados”, señaló la directora general de Sostenibilidad Ambiental y Economía Circular, Carmen Jiménez Parrado, quien recalcó que se trata de una acción de gobierno que mejora la vida de los vecinos.
Almería, epicentro de la regeneración
La provincia de Almería concentra gran parte de las actuaciones previstas. Ya se han sellado vertederos en Bayarque, Instinción, Olula del Río, Paterna del Río y Tabernas, y están en ejecución o adjudicación otros cuatro. Además, hay dos más que saldrán a licitación en los próximos meses. Solo en esta provincia, la inversión ronda los 15 millones de euros.
Entre los proyectos más destacados figura el sellado del vertedero de Albox, con más de 2,6 millones de euros adjudicados a finales de 2024. También avanza el cierre de Castro de Filabres, con una inversión superior al millón, y se trabaja en el de Líjar, por unos 700.000 euros. En paralelo, está pendiente de licitación el vertedero de Cuevas del Almanzora y de adjudicación el de Berja, con un presupuesto de 2,2 millones.
De focos de riesgo a espacios recuperados
El proceso de sellado es una intervención técnica y ambiental compleja que incluye la estabilización de residuos inertes, sistemas de drenaje, cobertura vegetal con especies autóctonas y monitorización posterior. Con ello se evita la filtración a acuíferos y se recupera el paisaje. “Queremos que estos espacios se integren de nuevo en el entorno natural y puedan destinarse incluso a usos públicos o forestales”, añadió Jiménez.
El plan forma parte de la estrategia ambiental de la Junta, que busca reducir drásticamente el vertido de residuos municipales hasta situarlo por debajo del 10% en 2035. Para ello, la Consejería de Sostenibilidad impulsa medidas como la recogida separada de biorresiduos, la mejora de las plantas de tratamiento y la construcción de nuevos puntos limpios y estaciones de transferencia.
“El vertedero ha sido durante años la salida más fácil para lo que no sabíamos o no queríamos gestionar. Hoy lo sustituimos por tecnología, prevención, reciclaje y responsabilidad compartida”, afirmó la directora general. Las actuaciones benefician especialmente a municipios pequeños y medianos, que carecen de recursos para abordar en solitario estas clausuras. “El Gobierno andaluz está comprometido con que ningún territorio quede atrás en esta transición”, destacó Jiménez Parrado, subrayando que el cierre de vertederos genera oportunidades en empleo verde, reciclaje y mejora ambiental.
