El derbi sevillano se celebra este domingo, y lo hace en abierto, con las cámaras de Gol Televisión en el estadio. Un partido que llega con distancia en la tabla de 11 puntos. Por un lado, el Real Betis trata de colarse en puestos europeos. El Valencia le sigue de cerca, pero la clave está en aspirar a Europa League, y acabar lo más arriba posible, porque cada puesto en LaLiga supone un ingreso extra por los derechos televisivos.
Por su parte, el Sevilla FC parece que con Quique Sánchez Flores ha dejado atrás la peor imagen, que le colocó rondando los puestos de descenso en algunos tramos de la temporada. Tres victorias en los últimos tres partidos han sacado del hoyo a un Sevilla que solo tiene que pensar en qué fecha logrará matemáticamente la permanencia. Le salva, seguramente, que los tres de abajo están haciendo muy mala temporada y el descenso puede estar más 'barato' que otros años.
En cualquier caso, la tendencia creciente del Sevilla FC y cierta apatía en el Betis provoca que esos 11 puntos no dejen claro que vaya a ser un baño de los de Pellegrini, ni mucho menos. Además, porque un derbi tiene sus propios ingredientes y puede pasar cualquier cosa.
La rivalidad en Sevilla es histórica. Hasta los años 40, hubo varios jugadores que vistieron ambas elásticas. En los 70, lo hizo también Enrique Mateos. En clubes de cantera, se producen a veces 'robos' de canteranos, o más bien, decisiones de estar un año en un equipo y, por lo que sea, pasar a la estructura de otro. La cuestión es que, en las últimas décadas, no son tantos los que han llevado los colores de uno y otro.
En los ochenta, el central Diego Rodríguez pasó de jugar para el Betis a hacerlo para el Sevilla. Acabaría su carrera deportiva en el Dos Hermanas. Después de eso, tuvo varios cargos en la cantera del Sevilla, pero, curiosamente, durante un tiempo, fue director deportivo del Xerez CD. Pasó por la disciplina azulina, pero sin ser futbolista.
Rodríguez es uno de los tres últimos exjugadores, sin contar a Isco, en pertenecer a la primera plantilla de Sevilla y Betis (excluyendo también canteranos, que son casos más anónimos), y, efectivamente, pasó por el Xerez. Pero es que los dos últimos en jugar con el primer equipo de ambos clubes sí fueron futbolistas del Xerez.
Es el caso de Juan Luis Redondo, hoy segundo entrenador del Sevilla Atlético, que fue canterano del Betis en los 90, debutando con el primer equipo, y que tuvo una breve etapa posteriormente en el Sevilla tras despuntar en Segunda. No le fue bien a Redondo, que pasó por el Hércules y acabó su carrera en el Xerez, en la última etapa del equipo en Segunda. En 2012 se acabó retirando. Un futbolista que ofrecía ciertas garantías, capaz de defender ambas bandas.
Y en aquel último Xerez coincidió con José Mari, un futbolista superclase mundial que también se retiró como futbolista en Chapín, en el Xerez CD. Hoy prácticamente un fisioculturista, fue canterano del Sevilla, desde donde fue captado para el Atlético de Madrid, donde se desempeñó bien a comienzos del milenio. pasó por el Milan, y volvió a España para ser parte de un gran Villarreal. Un jugador con empuje y mucha clase que, cuando el cuerpo empezó a fallarle, con 30 años optaba por el proyecto del Betis. De ahí pasó al Nástic de Tarragona y llegó a un Xerez que iniciaba su declive tras tocar el cielo en Primera. Estuvo tres temporadas, logrando goles importantes, a menudo saliendo desde el banquillo.
Estos tres jugadores, entre dos aguas, tienen su historia también en Chapín. Ya solo falta que Isco también se retire de azul.
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