Hace apenas cuatro años, la jugadora sevillana Cristina Martín-Prieto compaginaba su carrera como futbolista con un trabajo en un supermercado para completar su salario. Hoy, a sus 32 años, forma parte de la selección española que lucha por conquistar la Eurocopa, un cambio de vida que la propia jugadora define como radical. “Yo sé lo que es estar en el barro”, recuerda desde la concentración de España en Suiza.
La atacante sevillana ha rememorado su llegada al Tenerife en 2017, cuando le ofrecieron jugar en el club con condiciones que incluían tres trabajos posibles: “Limpiar coches en el aeropuerto, trabajar en un supermercado o ser limpiadora de hotel”. Eligió el supermercado porque, según confiesa, “me gusta el trato con la gente”. Durante cinco años, compaginó ese empleo con su carrera deportiva, sin saber que acabaría siendo una de las figuras más destacadas del fútbol luso.
Orgullo de origen humilde
En su primera temporada en el Benfica, Martín-Prieto ha sido reconocida como la mejor jugadora del campeonato portugués, un salto profesional que contrasta con los inicios de precariedad que sufrió durante gran parte de su carrera. “Me siento orgullosa de haber comido barro, de haber luchado, compaginar un trabajo y luego salir corriendo para ir a entrenar. Cogía un autobús 14 horas para ir a jugar y me llevaba la almohada para dormir”, relata con crudeza. A pesar de los avances, insiste en que la desigualdad en el fútbol femenino sigue muy presente y que aún queda “mucho por hacer”.
“Ahora tenemos avión privado... ¡Imagínate el cambio!”, dice, aún sorprendida, mientras observa el entorno de lujo en el que se ha concentrado la selección española, el histórico Hotel Royal Savoy de Lausana, antigua residencia en el exilio de la familia real española entre 1939 y 1945. Desde allí, la futbolista ha reflexionado sobre su papel en el equipo y el largo camino recorrido hasta llegar a este momento.
Con un perfil más físico que técnico, Martín-Prieto representa a la clásica delantera de área, un estilo que se compagina con otras atacantes de la Roja. En su debut en la Eurocopa marcó el quinto gol ante Portugal con un potente remate de cabeza, justificando la apuesta de la seleccionadora Montse Tomé. “Incluso había dejado de calentar un rato porque estaba embobada viendo a mi equipo”, confesó sobre ese día.
Ahora, tras todo lo pasado y luchado, la atacante sevillana se encuentra a un paso de conquistar la Eurocopa tras pasar España a la final después de derrotar a Alemania en la prórroga. El domingo, a las 18 horas, el partido decisivo frente a Inglaterra.