La Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte ha propuesto este miércoles sancionar a 17 ciudadanos por su participación en las protestas pro-Palestina durante la Vuelta ciclista a España.
Las multas propuestas oscilan entre 3.000 y 4.000 euros por persona e incluyen, además, la prohibición de acceder a cualquier evento deportivo durante un mínimo de seis meses.
La última etapa de la Vuelta ciclista, celebrada en la capital, se vio interrumpida a unos 50 kilómetros de la meta debido a la multitudinaria manifestación. Como consecuencia, la etapa terminó antes de tiempo, sin podio ni celebración.
Según datos del Gobierno, más de 100.000 personas participaron en la concentración alrededor de Gran Vía y Cibeles, reclamando justicia por la situación que atraviesa Gaza.
La Comisión Antiviolencia ha tomado estas medidas tras analizar los expedientes abiertos por la Policía Nacional y la Guardia Civil. Los informes recogen incidentes ocurridos en diversas etapas de la competición, no solo en Madrid.
En concreto, los hechos investigados se produjeron en la etapa 12 (Laredo–Los Corrales de Buelna, Cantabria), etapa 14 (Avilés–Alto de la Farrapona, Asturias) y etapa 15 (Aveiga–Monforte de Lemos, Galicia).
Prevenir futuros incidentes en eventos deportivos
Las sanciones buscan tanto castigar los actos que interrumpieron la competición como prevenir futuros incidentes en eventos deportivos, según explican fuentes de la Comisión. El organismo subraya que este tipo de medidas forman parte de su labor de garantizar la seguridad y el normal desarrollo de las competiciones deportivas en España, protegiendo a participantes, organizadores y espectadores.
Hasta el momento, los ciudadanos afectados no han emitido declaraciones públicas, y se espera que puedan presentar alegaciones antes de que las sanciones sean formalmente aplicadas. La Comisión Antiviolencia actúa tras la interrupción de la Vuelta ciclista a España en varias ciudades, con incidentes registrados en distintas etapas, reflejando que las protestas pro-Palestina afectaron el desarrollo de la competición a lo largo de varias semanas y no únicamente en la capital.